Similar a un inocente juego, “La Ballena Azul” propone a los participantes -en su mayoría jóvenes y adolescentes- cincuenta desafíos para cumplir entre los que se incluyen cortes y autolesiones, y que finalizan con el suicidio como reto último para completar el juego, informo la – Dirección de Niñez y Adolescencia- de la Defensoría del Pueblo, siendo una de las pruebas más espeluznantes el desafío de grabarse con un cuchillo en la piel el dibujo de una ballena, representando al juego. Los adolescentes reciben mensajes en su teléfono o en perfiles de Facebook u otras redes sociales para unirse a grupos cerrados y poder participar en el juego.
El origen del juego no está claro, pero se cree que nació en Rusia hace un par de años y ha causado varios suicidios. En fecha reciente fue detenida una persona en ese país, a quien se considera autor del juego.
El Ombudsman José Leonardo Gialluca señalo que cursaron sendas actuaciones al ministro de Comunicaciones de la Nación, Oscar Raúl Aguad Beily y a la secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con el objetivo de que el Estado ante el peligro inminente que representa el uso de las redes sociales por menores de edad, arbitre las medidas necesarias y urgentes para encontrar una resolución a este problema que se viraliza día a día, con el objeto de salvaguardar la salud psicofísica de los niños, ya que está vigente la Ley Nº 26061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, y por otro lado; la información debido a la informática, y al no existir fronteras, producto entre otras cuestiones de la aparición de Internet, ha introducido en escena nuevos derechos, que se encuentran comprendidos dentro de los derechos humanos: el derecho de acceso a la información, derecho a informar, a producir información, a recibir información y a solicitar rectificación de la información falsa o errada. Por lo que tenemos en escena la nueva concepción del niño como sujeto de derechos, la redefinición de roles de niños y adultos, y la revolución tecnológica en la información. Las Convenciones sobre Derechos Humanos son tratados que obligan a los estados en relación con sus propios ciudadanos y dentro de sus fronteras, debiendo los Estados rendir cuenta internacionalmente por el cumplimiento de los compromisos contraídos, conforme la Convención de Viena sobre interpretación de los tratados internacionales.
Por ello, el correo electrónico o los distintos perfiles de redes sociales, impiden que niños menores puedan generar una cuenta, sin embargo no se proporciona los mecanismos necesarios que permitan verificar la edad del usuario, puesto que pueda ser utilizada cualquier fecha de nacimiento, que cumpla con los requisitos y los controles utilizados, aquí son fácilmente evadidos.
El Ombudsman señalo que la Ley para la Protección de la Privacidad de los Niños, “debe ser cumplida por las empresas, más aun cuando se trata de recopilación de información personal de menores de trece años, cuando define que los operadores de servicios web y servicios en línea deben proteger la privacidad y seguridad de los niños”.
Indico que “todo ello no se cumple y si el Estado no hace cumplir la ley, sugerimos que sea la familia, principalmente los padres que tengan en cuenta algunas medidas en relación a sus hijos, como : Alteraciones de conducta-Cambios en los vínculos habituales o círculos de amistades-Alteración del sueño-Consumo de sustancias-Cualquier otra conducta fuera de la habitual (el reto por ejemplo exige cambiar de religión y tomarse una serie de fotografías)-Reciben mensajes para sumarse a grupos cerrados en redes como Facebook y Twitter- Preguntan por las ballenas azules-Dibujan una ballena en un papel-Cortarse los labios o la mano – Pasar 24 horas sin dormir viendo películas de terror, etc.”
Desde el Organismo de la Constitución indicaron que “siempre se piensa, que en nuestro grupo familiar no se darían estos casos, pero sugerimos que en los rangos de edad entre 12 a 16 años se tenga una fuerte comunicación ya que el bullyng hace que nuestros niños acepten estos juegos perversos o macabros que los llevan a autolesionarse y muchas veces al suicidio, siendo que en la actualidad ya tenemos antecedentes recientes en nuestro país”.