Si bien la medida principal es “el aporte que hace cada vecino con la prevención en su casa y alrededores; también se trabaja en un plan estratégico y programado para combatir al mosquito en otros lugares donde pueda haber objetos a la intemperie que acumule agua limpia y de ese modo ser proclives a convertirse en criaderos de mosquitos”, explican desde el área de vectores y zoonosis.
En estos lugares se procede a la fumigación espacial por medio de móviles con máquinas fumigadoras pesadas, más la fumigación manual que realizan los brigadistas. Si bien debe ser responsabilidad de cada vecino evitar la acumulación de objetos en desuso, “los brigadistas hacen el descacharrado como modo de enseñarles sobre medidas preventivas”, agregaron.
En la instancia de comunicación, los operadores recuerdan en cada visita que “las fumigaciones solo eliminan al mosquito en estado adulto” y lo que debemos evitar como primera medida es “que nazcan nuevos mosquitos, descartando la formación de criaderos los criaderos”.
Los días lluviosos y con altas temperaturas favorecen a la formación de criaderos donde a esta especie le gusta poner sus huevos y reproducirse. Estos son los objetos y recipientes con paredes y que en su interior acumular agua limpia, por ejemplo la de lluvia.
Los neumáticos y chatarras son algunos de los que el mosquito busca para alojarse, tanto en las viviendas como en otros espacios como la vía pública, talleres, gomerías, galpones. Por lo tanto, desde la base vectores de la ciudad fronteriza se activan diariamente recorridas y trabajos puntuales para descartar y tratar adecuadamente tales objetos para liberar a la comunidad de la presencia del mosquito.
Debemos tomar conciencia que “el éxito de la campaña contra el dengue, lo hacemos entre todos a través del esfuerzo, las voluntad, el compromiso y la responsabilidad”, aseguran. Eliminar los criaderos y evitar su formación, además de protegerse de las picaduras para evitar el contagio son los cuidados que requieren de la responsabilidad de todos.