La nutricionista del Hospital Distrital 8, la licenciada Daniela Distel, brindó información sobre la importancia de una correcta alimentación para una buena lactancia.
La Agencia de Noticias Formosa (AGENFOR) accedió a declaraciones de la profesional, quien en primera instancia aseguró que cuando se habla de lactancia “hay muchas consultas y mitos”.
Inició aclarando que “la cerveza, el chocolate o el mate cocido no estimula la producción de leche”, sino que el único que logra hacerlo es “el bebé a través de la succión”.
Como información de suma relevancia, manifestó que “la mamá debe estar muy bien alimentada e hidratada para así tener una buena producción de leche y no sufrir complicaciones”.
En este mismo punto, habló del rol que cumplen los nutrientes en el bienestar de la madre, especificando que “estos evitan que ella sufra algún tipo de deficiencia nutricional”, remarcando que “es una situación muy recurrente”.
“Por el posparto inmediato, la mamá sufre un montón de cambios, tanto en los fisiológicos, como en el estilo de vida” y esto se da porque “ya no puede tener un buen descanso debido a que depende del bebé”.
Aquí, hizo un paréntesis para señalar que “la lactancia es una cuestión familiar y social, porque si bien es la madre la que alimenta al bebé, todo el entorno debe colaborar, acercándole alimentos adecuados, ayudándola con el bebé para que ella pueda descansar y luego amamantar al bebé de manera más efectiva”.
Respecto de los nutrientes, inició nombrando “al hierro” y sostuvo que “es fundamental durante todo este período”.
“Recordemos que al igual que en el embarazo, el hierro no llega a cubrirse con la alimentación en sí, por lo tanto, es necesario la suplementación durante los tres primeros meses del posparto”, indicó.
Continuó exponiendo que en este tema “los alimentos recomendamos son la espinaca, la rúcula y el perejil”, teniendo este último “altos contenidos de este nutriente” y aconsejando que se lo puede incluir en “la sopa, en las ensaladas y hasta en un guiso”.
También, se refirió a la importancia de “los cítricos y su gran contenido en vitamina C “, explicando que “favorecen la absorción de todo lo que tiene hierro”, entonces lo ideal sería comer una tarta de espinaca con perejil acompañada de un juego de naranja. “Ahí tendríamos un aporte bastante completo de vitamina C con hierro”, resumió.
A estos datos nutricionales agregó los alimentos aconsejables para aquellos “tejidos que fueron afectados” y confirmó que para ellos “hay que consumir proteínas de buena calidad tanto de origen animal, como ser la carne, el huevo, la leche, los quesos, pero también las de origen vegetal como los porotos blancos, colorados, lentejas, entre otros”.
En esta línea, Listel hizo una distinción significativa a tener en cuenta y que está relacionada a “al tipo de parto que haya tenido la madre”, informando que “si fue de manera natural va a poder consumir de manera más rápida estos alimentos”; no obstante, a las que “tuvieron por cesárea se les recomienda consumir las legumbres un mes después del parto, porque por producto de la anestesia, los intestinos se ven afectados en la digestión”.
En referencia al valor biológico para recuperar los tejidos, señaló “el consumo de huevo hervido, pasado por agua, revuelto, o como omelette”.
También, habló sobre las ventajas nutricionales de la almendra, contando que “es un fruto seco con un alto contenido en calcio” y señaló que debido a ello “la leche de almendra ayuda a mejorar la calidad de la leche de la madre y a recuperar el calcio que ha perdido durante la gestación”.
En el mismo orden, aconsejó que “es muy bueno consumirla sola, así como también el sésamo blanco que aporta 1200 veces más calcio que la leche”.
En este punto, explicó que “se puede tostarlo, ponerlo en la minipimer, mixearlo hasta que quede como un puré y luego en una rodaja de pan untarlo o, en caso contrario, consumirlo en la ensalada, que es aún más aconsejable”.
Y no dejó de mencionar al agua, aseverando que “es súper importante y más en las mujeres que están dando de amamantar, porque la necesidad de líquido e hidratación son mayores a la de una mujer en gestación”.
Esto se debe a que “la leche materna es casi un 95% agua, entonces la madre necesita estar bien hidratada para poder amamantar”, lo que lleva a tener que consumir diariamente un “mínimo de cuatro litros”.
Por último, volvió a insistir en otro consejo que no está relacionado a la alimentación, pero que influye de la misma manera: “el descanso”.
“Es de suma importancia que duerma en el momento en que el bebé lo hace, porque el estrés dificulta a la lactancia y va a generar un vínculo estresante entre la madre y el niño”.
Por ello, “hay que lograr que la mamá descanse todo lo que pueda”, cerró.