En la comunidad originaria El Quimil, los vecinos fueron beneficiados con una nueva jornada sanitaria planificada desde el centro de salud Pozo de Maza, encargado de la cobertura de salud de la zona.
Esta población se asienta en el oeste de la provincia, dentro del departamento Bermejo, a unos 500 kilometros de la ciudad capital. Allí viven hombres y mujeres de la etnia wichí que reciben respuestas a sus demandas de salud desde las acciones dispuestas por el sistema sanitario público.
Como se realiza de forma habitual, profesionales sanitarios, dependientes del ministerio de Desarrollo Humano formoseño, se trasladaron hasta la comunidad, donde recorrieron casa por casa ofreciendo a los vecinos numerosas atenciones, controles y otras tantas prestaciones destinadas a personas de todas las edades, haciendo hincapié en “niños, embarazadas, adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas”, señalaron desde el equipo interviniente.
Respecto a los enfermos crónicos “es decir los ya diagnosticados con patologías de base como sobrepeso, hipertensión arterial, diabetes o cardiovasculares”, fueron controlados con un estricto seguimiento “tanto clínico como farmacológico, es decir sus medicinas”. Del mismo modo, “los que presentan otros factores de riesgo o trastornos nutricionales”, explicaron.
Por otra parte, según detallaron los referentes de salud, entre las prestaciones se cumplimentaron asimismo exhaustivos controles pediátricos establecidos para los niños. Estos comprendieron exámenes antropométricos con completas evaluaciones nutricionales, numerosos consejos para cuidar la salud de los más chiquitos, chequeos de los carnets de vacunas con suministro de dosis faltantes, y la entrega de cajas de leche y suplementos nutricionales según indicaciones de los profesionales, al igual que los medicamentos.