Un marco colorido y con masiva adhesión comunitaria, la localidad de Pozo del Tigre, a unos 270 kilómetros al oeste de esta ciudad, celebro su 111° aniversario.
Los ministros de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo, Jorge Abel González y de Turismo, Ramiro Fernández Patri, junto al jefe comunal anfitrión, Alfredo Andrés De Yong, además de intendentes de localidades vecinas como de Estanislao del Campo, Roque Zarza y de Las Lomitas, Atilio Basualdo, se contaron entre las autoridades que compartieron con los lugareños los actos centrales.
Una serena para pasada la medianoche del miércoles último para recibir el cumpleaños en el marco de una atractiva velada musical y desfile de carrozas, sumándose incluso gente que ya no reside en el pueblo pero que para esta fecha especial retorno a compartir la celebración, fue la antesala de la jornada del jueves donde se testimonio a pioneros y se desarrollo un atractivo y colorido desfile cívico-militar.
El propio González destaco la entereza de los lugareños, evocando justamente que han sabido sobreponerse a aquel trágico tornado de octubre de 2010 que arrasó al pueblo, y que con la solidaridad desde toda la provincia, inicio el proceso de reconstrucción, y que a la fecha se aprecia en toda su dimensión con una localidad pujante y con nuevos desafíos.
El intendente Alfredo Andres De Yong aludió a que se trata de “una comunidad con mucha historia, de décadas atrás con enorme desarrollo ganadero, a tiempos muy difíciles, como el terrible tornado que tanto daño y dolor genero, a este presente con un Pozo del Tigre de pie, reconstruido completamente. Y para este presente mucho mas promisorio, ha sido fundamental el compañero gobernador Gildo Insfram que asumió el compromiso de estar junto al pueblo pozotigrense y dejar a nuevo el pueblo y cumplió totalmente”.
Historiando
Se tejen varias hipótesis sobre el nombre asignado al pueblo, algunas hablan sobre una expedición de militares que en su trayectoria se detuvieron ante una aguada a los efectos de descansar. Durante la siesta, se arrima a la vaguada un Tigre para sorpresa de los expedicionarios. Mientras saciaba la sed de la aguada, un soldado lo mató de un tiro de fusil; con el correr del tiempo, se reconoció el paraje con el nombre de «Pozo del Tigre».
Otra de las versiones habla del Cacique El Tigre, originario pilagá que fuera abatido en un enfrentamiento con tropas de Gendarmería cerca de un pozo. Al tenderse el ferrocarril en 1914, los obreros ferroviarios reconocieron el lugar, imponiéndole el nombre de «Pozo del Tigre».
El nombre oficial legislado surge por decreto del 7 de diciembre de 1927, aunque desde 1919 el uso popular ya designaba a este lugar poblado por originarios matacos y pilagàs y un grupo migratorio de ganaderos salteños, santiagueños y chaqueños que llegaron a principios de siglo atraídos por sus fértiles praderas.
El pueblo fue mensurado por el agrimensor Enrique Pellegrini en 1925, amojonando 204 manzanas.
Este presente encuentra a hombre y mujeres de esta prospera comunidad como un pueblo con grandes posibilidades, fruto ello de un pasado de ejemplos que los estimula a construir un futuro de grandeza a través de un presente con compromiso y con historia.