Luego de haber completado un minucioso proceso de investigación, validación y producción con banana, la canasta de cultivos propuesta por CEDEVA desde la biofábrica de Misión Tacaaglé incluye una interesante variedad de frutas como papaya, pitaya, carambola, ananá, mango y maracuyá que junto a los cítricos y cucurbitáceas se han convertido en una alternativa rentable respecto del otrora monocultivo de algodón.
Sus equipos técnicos trabajaron en la preparación de una guía práctica para el manejo del cultivo de papaya o mamón para impulsar su producción.
Partieron de una realidad que revelaba que en Formosa se cultivan variedades criollas a pequeña escala y que, por lo general, las plantas no reciben manejo agronómico y produce fruta de bajo valor comercial destinado, casi exclusivamente, a la elaboración de dulces para el consumo familiar.
Consideran que ambos aspectos no permiten encarar la expansión del cultivo y dificulta la producción a nivel comercial y la diversificación productiva, por lo que , tras los estudios y validaciones, se determinó que con la introducción de variedad e híbridos y aplicando las técnicas de manejo adecuadas se puede lograr una actividad rentable.
La elección de la semilla a utilizar para iniciar la plantación es de suma importancia para no contar con plantas macho improductivas ocupando el lugar de las plantas deseadas.
Para esto, los técnicos de la Biofábrica Tacaaglé sugieren adquirir semilla pura autopolinizada – 66% hermafrodita y 33% femenina) o utilizar la semilla de plantas ya en producción y en este caso se deben elegir las plantas más productivas, de frutos alargados (hermafroditas) ,sanos y sin malformaciones.
Se han realizado ensayos utilizando como variedades los materiales Selección Formosa, Brasil, Selección Yuto y Aurora y como híbrido los materiales Calimosa, Red Lady y Red Maradol USA.
Con respecto al nivel de producción, para fruta fresca se destacan la variedad Aurora y el híbrido Calimosa seguidos por los híbridos Red Lady y Red Maradol.
Calimosa, Selección Yuto , Formosa, Aurora y Brasil como fruta verde para industria superaron las 40 toneladas por hectárea durante el primer ciclo.
El período de mayor rendimiento para la cosecha como fruta fresca se registra entre noviembre y enero para todas las variedades e híbridos, pero de baja calidad.
En la zona noreste, en la que se enfocó el estudio sobre el cultivo de papaya o mamón, uno de los aspectos a tener en cuenta tiene que ver con el riego de las plantas ya que si bien la época de precipitaciones se registra desde octubre hasta mayo, hay que estar prevenidos porque la irregularidad hace que a veces no se cuente con los 1200 milímetros anuales y bien distribuidos que se requieren.
Sobre todo en un periodo de alta susceptibilidad al estrés hídrico que abarca del tercero al cuarto mes luego del trasplante y momento en el que la tasa de crecimiento de hojas y tallos es alto y si no es cubierta se provoca una reducción en el tamaño de las hojas y en el diámetro del tallo.
Se advierte que en el caso de haberse iniciado la floración, un estrés provocará la caída de flores y la producción de flores estériles.
En estos casos, se recomienda el riego por goteo por ser el más eficiente y porque, además, permite fertilizar a través del sistema.
La guía práctica incluye orientaciones sobre fertilización para programar la cual debe conocerse, previamente, la cantidad de nutrientes que extrae el cultivo del suelo por cada tonelada que produce y lo vinculado a la cosecha y post cosecha.
La metodología de cosecha que es manual y el fruto para el mercado fresco debe ser acondicionada envuelto en papel de diario en cajones plásticos para, luego, ser llevados al galpón de empaque.
En lo que atañe a la post cosecha, se recalca que el éxito de la comercialización de frutos frescos pasa por la calidad del producto que está definida por el nivel de azúcar, la textura, el aroma, el sabor , el tamaño del fruto, la apariencia exterior y el color de la pulpa.