En Comandante Fontana, localidad del centro de la provincia, se concretó esta semana un nuevo operativo de vacunación canina y felina para prevenir la rabia, enfermedad que afecta a los animales domésticos y puede contagiarse a las personas ocasionando inconvenientes a la salud.
Con tareas a cargo del área de Vectores y zoonosis del Ministerio de Desarrollo Humano, de forma gratuita se aplicaron las dosis antirrábicas a mascotas, además de desparasitación en jornadas de trabajo en los barrios Santa Catalina, Santa María y en la comunidad aborigen Colonia Da Pratto.
Sobre las tareas llevadas adelante, se detalló que se vacuna obligatoriamente tanto a los perros como a los gatos a partir de los tres meses de edad: “Les recomendamos a los dueños de esas mascotas que deben revacunarlos cada año. Es una medida que se insiste en todo momento junto a los cuidados para una atenencia responsable de mascotas en el hogar”.
En esa línea, se remarca “evitar el contacto con perros y gatos desconocidos o callejeros; evitar el contacto con murciélagos especialmente si están caídos o con signos de enfermedad; y consultar al centro de salud u hospital más cercano en caso de sufrir la mordedura de cualquier animal”.
Además, se resaltó sobre la tenencia responsable de mascotas. Una medida importante es la vacunación. En las familias “debemos hacer una tenencia responsable de las mascotas, ya que es un punto clave para la prevención de esta enfermedad que puede afectar nuestra salud”.
Rabia
La rabia es una enfermedad viral que afecta al sistema nervioso de los mamíferos, incluyendo al hombre. En nuestro país los transmisores de rabia son principalmente los perros y los gatos.
Las personas pueden contraerla a través de la mordedura de un animal rabioso, ya que el virus se encuentra en la saliva y en las secreciones. La enfermedad también se puede contraer por el contacto de la piel lastimada con la saliva de un animal infectado.
En las personas los síntomas que deben hacer sospechar el diagnóstico de rabia son: fiebre, inquietud, dificultad para tragar, dolor de cabeza, sensación de hormigueo en el sitio de mordedura o lamedura, días después de haber sido agredido por un animal.
En los perros y gatos los síntomas incluyen cambios de comportamiento, agresividad, salivación excesiva, imposibilidad de tragar o de beber, pupilas dilatadas, convulsiones, parálisis y muerte.
En cuanto a la prevención, en caso de sufrir una mordedura se debe: lavar la herida con abundante agua y jabón, no colocar alcohol ni otro desinfectante, y concurrir rápidamente al centro de salud u hospital más cercano para ser evaluado por un médico.