Ante las afirmaciones del ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, quien plantea llevar el precio del combustible a los niveles internacionales de manera gradual antes del mes de junio del próximo año y por lo cual ya se aplicaría un 8% de suba en el mes de enero, desde la «Dirección de Derechos del Consumidor – Usuario y Contribuyentes Relaciones de Consumo» de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Formosa, se exhorto a dicha Cartera y además al Ministro de Haciendas y Finanzas, reconsideren estas decisiones políticas pues, todos los aumentos que se autoricen por Nación a las naftas antes y durante los incrementos, se trasladaran a los precios de los productos de consumo masivo y servicios, golpeando nuevamente el bolsillo de los trabajadores.
El Ombudsman José Leonardo Gialluca, consideró que “no se puede estar pensando en el precio promedio del combustible de otros países del mundo y querer equiparar los carburantes a los países más ricos del planeta, ya que Argentina es un país con variadas necesidades impostergables, que se potencian en el norte y donde como si fuera poco pagamos los combustibles más caros del país y a eso le debemos sumar también que es un país productor de petróleo, por lo cual deberíamos tener precios razonables y accesibles”.
Desde el Organismo de la Constitución, se señaló en las Actuaciones antes referenciadas que todo esto es sumamente preocupante, más aún cuando desde el Gobierno Nacional se anuncia este tipo de medidas que ya nos están confirmando a los consumidores que, todo va a subir en un 10% aproximadamente a partir del mes de enero del año 2017 y si las naftas subirán varias veces en los primeros 6 meses, todos los productos de la canasta básica alimentaria y en general como así también los servicios, se incrementarán por encima de esos valores, pues así funciona nuestra economía y por ello también se peticionó que se busque entonces otra alternativa o camino de modo que “el precio de los combustibles se comporte de manera razonable, esto es suban cuando aumenta el petróleo crudo y bajen si ese producto desciende, pero no mantenerlo artificialmente como se lo hace en la actualidad, ya que las pocas veces que bajó el combustible, “nunca se dio que bajaran los precios de productos y servicios” y por ello, es que es necesario encontrar y trabajar sobre otras alternativas, llámese eliminación de impuestos o de subsidios en las gasolinas.