“En general somos quejosos por naturaleza, y sobre todo muy críticos ante lo que no nos agrada. Por eso entiendo que es de persona de bien ser agradecidos cuando ocurre lo contrario, sobre todo ante quienes se prodigan por el bienestar de nuestra salud ante un difícil trance, sobre todo al apreciar como afloran virtudes que exceden lo profesional.
Mi referencia en exteriorizar esta gratitud va dirigida a la maravillosa gente del hospital de Pirane: la doctora Mariela Agustini y enfermeros y asistentes como Luis Robles, Martha Giménez, Gustavo Ramírez, Silvia González y Juan Toledo.
Ante un grave accidente producto de un fallido artefacto pirotécnico ocurrido en los primeros minutos del día 25 de diciembre, generando una grave herida en el rostro de una familiar, acudimos consternados al nosocomio piranense.
Allí, nos encontramos con gente maravillosa, quienes no solo dispusieron las atenciones y estudios necesarios con premura, con una enorme demostración de compromiso por la profesión, sino sobre todo: amor por el prójimo, calidad humana y contención.
Realmente cuesta encontrar las palabras justas para retribuir la dedicación prodigada en tan difícil trance: GRACIAS!!!! MIL GRACIAS!!! a éstos “ángeles, vestidos de personas”