Tras su apertura multitudinaria en la Jurisdicción 5, donde los organizadores estimaron en al menos 40 mil asistentes, y su continuidad sabatina en avenida Juan Peron, para este domingo todo se presenta anticipadamente para revivir otra jornada multitudinaria
La cantidad de público sobrepasó todas las predicciones y expectativas de organizadores y protagonistas, dando el marco ideal a la fiesta, donde las familias de los diferentes barrios de la ciudad entregan todo su talento y amor por los carnavales ofreciendo al público un gran espectáculo. Con esfuerzo en diferentes zonas de la ciudad se trabajo a lo largo del año para poder realizar estas presentaciones que dejan de lado los prejuicios y las inhibiciones y donde el denominador común es el disfrute y la identidad popular. La dirigencia barrial, madres, padres, hermanos se suman a la ardua labor de coser y pegar plumas o lentejuelas, bordar, peinar, maquillar y acompañar a quienes marchan en el circuito.
Es coincidente el “destaque para estos actores comunitarios que son los actores protagónicos, silenciosos y que uno no ve, que constituyen un sólido sostén de esta fiesta popular que está cada vez más enraizada en el sentir de la ciudadanía”.
De la misma manera, la dirigencia social barrial significa el hecho de que “esta fiesta que tiene su sexto año, es posible gracias al apoyo del gobernador (Gildo) Insfran quien tomó la decisión política de promover estas actividades donde la participación es gratuita e inclusiva enmarcados dentro de una política cultural integral y expresión popular”.
Efectiva inclusión
Una de las consignas de estos corsos es el carácter de “inclusivo” que se le asigno. Y en ese sentido se aprecia sobre el mismo circuito de desfile que lo propuesto se materializa en los hechos.
En efecto, desde chicos y adultos incluso, con algún tipo de discapacidad, siendo participe de la fiesta, así lo testimonian. Una niña en silla de ruedas con sus coloridas plumas cantando y desfilando con alegría mientras recibía el aplauso y aliento de la gente, o un grupo de padres con un cartel “hablemos de autismo” tratando de generar conciencia acerca de este trastorno que genera retrasos en el desarrollo cognitivo y del lenguaje en muchos chicos, fueron ejemplos saliente de un “carnaval inclusivo con todas las letras”.