El servicio de Neonatología del Hospital de la Madre y el Niño dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano provincial recibe niños provenientes de otros hospital públicos y también del sector privado, ya sea que cuenten o no con obra social.
Para tener una idea, desde La cartera de salud detallaron que durante el año 2016 ingresaron alrededor de 1300 niños a este servicio, un promedio de entre 100 y 110 por mes. “Nuestros pacientes van desde críticos hasta leves y de acuerdo a la complejidad de atención que necesita se prepara cada sala y le brindamos la asistencia con todo el equipamiento necesario para cubrir cada demanda”, explicó la responsable del servicio, la pediatra especialista en atención neonatal Karina González.
A su vez, agregó «Incluso tenemos chiquitos que vienen derivados de clínicas y sanatorios privados y que cuentan con obra social. Trabajamos en red con los hospitales y centros de salud de toda la provincia; esa metodología a optimizado la atención porque esa interacción entre los efectores de distinta complejidad hace posible que esperemos preparados para recibir a una embarazada o su bebé que vienen complicados”, reveló.
En Red
“El trabajo en red con los demás efectores, las derivaciones oportunas, el equipamiento médico de punta y las permanentes capacitaciones al recurso humano han contribuido enormemente en la calidad de las prestaciones brindadas a nuestros pacientes”, explicaron.
“El lugar en el que estamos y la tarea que nos toca no es fácil. Hay momentos muy duros y se trata de la vida. Nuestros pacientes son muy pequeñitos, muchos de los que estamos aquí somos padres y nos toca de cerca el contacto que tenemos con las familias. Pero a la vez, cuando después de cada batalla damos a un pacientito de alta o cuando vienen a visitarnos los prematuros que continúan con el seguimiento en el consultorio de alto riesgo, es muy reconfortante; y nos hace sentir que cada día vale la pena poner todo nuestro esfuerzo y nuestra dedicación por cada niño, por cada vida”, destacó la doctora González.
Este servicio cuenta con el trabajo de especialistas en neonatología, ya sean enfermeros o pediatras que a su vez compartens conocimientos con profesionales interconsultores que trabajan en los servicio de nutrición, traumatología, kinesiología, odontología, cardiología, neurología, alta conjunta y otras áreas específicas con los que cuenta el hospital de la Madre y el Niño con el fin de optimizar las atenciones integrales que se dan al bebé y procurar de forma interdisciplinaria la evolución de cada paciente.
En la gama de pacientes que ingresan figuran los bebés de término que tienen alguna complicación como: hiperbilirrubinemia, trastornos alimentarios, dificultades respiratorias y que necesitan asistencia; también el grupo de niños con patologías quirúrgicas, ya sean digestivas, neurocirugías y las cardiopatías que, aunque no sean para cirugía inicialmente, requiere de una serie de cuidados que solo pueden darse en la sala de Neo. Y por supuesto los pacientitos que nacen prematuros, detalló la pediatra.
Cuidados especiales
Al servicio de Neo ingresan todos los pacientes que requieren de los cuidados especiales que allí se brindan y que tienen hasta 30 días de vida. Pasada esa edad (31 días) el niño, las atenciones son propiciadas desde el servicio de pediatría.
En tanto añadió que “el tiempo de permanencia varía según la condición de cada bebé. Por otra parte y dependiendo de la patología diagnosticada a cada paciente y de la evolución de cada caso, si necesita derivación a otro centro de mayor complejidad de atención, se los traslada al Hospital de Alta Complejidad (HAC).
En esos casos, se realiza un trabajo conjunto con los colegas del mencionado hospital, que van desde las evaluaciones y estudios al niño hasta inclusive se coordina el traslado mediante ambulancias del SIPEC equipada especialmente para este tipo de pacientitos”, explicó.
“Desde nuestro humilde lugar, tratamos cada día de superarnos profesionalmente y brindar a cada niño y a cada familia lo mejor de nosotros. El servicio de nutrición con el lactario en el que las mamás se extraen la leche para alimentar a sus bebés internados, es nuestro gran compañero en esta tarea. Y para nosotros, como ya dije, la mayor satisfacción es que cada niño que ingrese mejore sus condiciones de salud, crezca y se desarrolle plenamente. Y que cuando pasan los años, vengan a visitarnos y veamos que están bien y sentir que todo lo que hacemos vaya que vale la pena”, concluyó la profesional.