El jefe comunal de Villafañe, Hugo Onisinchuk, nacido a pocos kilómetros de la colonia Mercedes Cué, narrando situaciones personales que son la mismas que los demás habitantes de la zona, sobre todo pequeños productores, trasmitió con sencillez las preocupaciones que aquejan a los lugareños.
Justamente dirigiéndose a los ministros nacionales del interior Rogelio Frigerio y de Agroindustria, Ricardo Buryaile, presentes en el acto de inauguración de obras educativas en esta comunidad rural, tras dejar en claro que no se trataba de un reproche, sino que lo hacía como intendente de Villafañe y en su calidad de productor hortícola, expuso la compleja situación por la que atraviesan y el futuro nada prometedor que avizoraba.
Aludió a su caso personal como productor de batata recordando que tiempo atrás vendía en promedio unas 2400 bolsas, alrededor de 400 por semana, incluso señalo a uno de los más importantes compradores mayoristas le compraba regularmente un centenar de bolsas semanales. Ahora en estos días comenzó a sacar su producción de este ciclo y se encontró con una “terrible y dolorosa decepción, porque de las 89 bolsas enviadas para comercializar, me devolvieron la mayoría porque me dijeron que no se venden nada”.
Se mostró preocupado ante la real posibilidad que “lo mismo ocurra con otras producciones hortícolas, ya que no es que a nadie le gusta la batata o la lechuga, bajo el consumo muchísimo”.
Incluso comento la “casi total pérdida de su producción de zapallo, la que termino regalando y en su gran porcentaje pudriéndose, ya que entro el zapallo brasilero y no hubo posibilidad de vender”.
Al mismo tiempo y ante quienes advierten acerca de la “desaparición” del Fondo Solidario por la quita total de las retenciones a la soja, sostuvo que de ocurrir “no podre comprar ni una pala. Si es así, me deberé quedar solo para pagar sueldos, pero no me gusta eso porque yo quiero estar acá parea trabajar”, expuso.
Dijo que el año pasado nuestro municipio recibió poco más de 4 millones de pesos por el Fondo Solidario de la Soja, parte del cual y junto a otro aporte de la provincia pudo adquirir maquinaria vial y otras para apoyo a la producción que le permitió por ejemplo ejecutar estratégicas obras en la zona.
Lo educativo
En otro pasaje de su mensaje, Onisinchuk relató su vivencia personal acerca de las enormes dificultades para estudiar en su niñez de tres décadas atrás en esa zona rural, similar a la que transitaron muchos como él, sobre todo el desarraigo de tener que dejar su casa de adolescente para continuar estudiando el secundario. Los viernes de regreso a la chacra -tras caminar varios kilómetros- para ayudar a sus padres.
Expuso la carencia de servicios, como la energía eléctrica que los obligaba a estudiar bajo la luz tenue de una vela o candil, algo que se revirtió ya que hoy cada casa dispone de luz.
“Esto y otras transformaciones, le dan el verdadero valor a esta moderna escuela”, expuso, al tiempo de defender la educación pública que advirtió “en estos tiempos es tan despreciada”.
Evoco finalmente cuando viajo una de las primeras veces a la ciudad capital siendo chico y aprecio una gran escuela en cercanías de la comunidad de Irigoyen, y un señor que viajaba en el mismo colectivo le dijo que la había hecho (Juan Domingo) Perón. Garantizo finalmente que “en algunos años más adelante se dirá cuando se vean las muchísimas escuelas de techo azules que las hizo Gildo Insfran”.