El gobernador Gildo Insfran habilito este miércoles por la noche en la avenida Costanera, una magnifica e hiperrealista recreación artística de la “La Ultima Cena de Jesús”, una de las máximas simbologías de la fe católica en vísperas de esta conmemoración de Semana Santa
Se trata de una nueva creación para el disfrute de formoseños y visitantes, del gran artista plástico Fernando Pugliese, creador justamente del “Pesebre” que en ese mismo sector de la ciudad fuera exhibido a fines del año pasado.
Junto al intendente Jorge Jofre y el Jefe de Gabinete, Antonio Ferreira, y la compañía de muchísimos vecinos que fueron los primeros en apreciar la obra, el primer mandatario procedió a descubrir la misma y habilitar el atrayente sistema lumínico que irradia las figuras a escala real.
Poseedor de un talento sin igual, que se aprecia en toda su dimensión en este nuevo trabajo, se subraya que el mismo trata de la recreación de la última cena de Jesús con sus compañeros más cercanos, antes de morir y con quienes compartió el pan dándoles el mandato más precioso: “compartir la fe, desde el amor y el servicio a los demás”.
La propuesta del estado provincial, conteste con el sentir de la feligresía formoseña, se enmarca en que “este es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para vivir y celebrar la Pascua, como el hecho más trascendente de la historia: la resurrección de Jesús y por ende la transformación total de la naturaleza humana, la renovación profunda de la existencia convertida a Dios”.
Esta recreación con figuras de tamaño real, con un realismo impactante, nos posibilita rememorar a Jesús preparándose, tal vez, para el momento más difícil de su historia en el que entrega libremente la vida para salvar y redimir a toda la humanidad.
La obra plasma este importante momento, con trece figuras alegóricas hiperreales, congregadas alrededor de una mesa dentro de un entorno habitacional y una ambientación circundante propia del pueblo hebreo, que el artista capta en su esencia y con los detalles más precisos, para lograr transmitir o comunicar, no algo abstracto, sino el mensaje cristiano por excelencia, el servicio y la donación desinteresada como expresión máxima del amor al prójimo y el amor a Dios.