Las mujeres pasaron de mujeres de 72 a 77 años y varones de 66 a 71.
El hecho de situarse a Formosa es una de las jurisdicciones argentinas donde el aumento de la población adulta mayor está creciendo más en relación a otros puntos del país, se ve expuesta en el indicador de la creciente expectativa de vida.
Los indicadores oficiales expusieron que la “calidad y expectativa de vida se incrementó en Formosa. Entre 1992 y 2015, pasó de 72 a 77 años para las mujeres, y de 66 a 71 años para los varones”, se preciso.
Amplio diciendo el administrador del Instituto de Pensiones Sociales, Hugo Arrúa, estamento provincial que tiene bajo su órbita acciones puntuales para el segmento de los adultos mayores, que lo señalado por el primer mandatario tiene sustento en “efectivas políticas públicas para satisfacer las necesidades de un volumen de población cada vez mayor, a quienes pretendemos asegurar una vejez digna”.
“Esto es producto al desarrollo de un eficiente plan de prevención y atención primaria de la salud, por ejemplo antes que te pase algo ya se anticipa en lo que hace al colesterol, tratamiento de la hipertensión, diabetes y otras afecciones, con lo cual la expectativa de vida mejora en todo sentido”.
Estimo que la provincia cuenta con una población de mayores de 65 años que comprenden unas 63 mil personas aproximadamente, es decir alrededor del 11% de la población, de manera que es un sector social importante al cual hay que atender y brindar la mejor contención necesaria.
“Y esto hace que se desarrollen líneas de acción muy importantes, disponiéndose los recursos humanos preparados para llevar adelante políticas criteriosas y de esa manera la mejor promoción, prevención y atención de la salud en esta edad”, significo.
Destaco asimismo el “compromiso de la gestión de gobierno del doctor Gildo Insfran de mejorar la calidad de vida de nuestros adultos mayores, poniendo al servicio de los mismos todo los estamentos del estado”, haciendo hincapié en que fue la Provincia de Formosa pionera, ya que la ley 482/85 y la creación de las Casas de la Solidaridad fueron creadas hace décadas para responder a las diferentes situaciones de vulnerabilidad en la que se encontraban nuestros abuelos.
Subrayó además que “los cambios reflejados en el crecimiento de la infraestructura general de nuestra provincia evidencia la presencia en estos últimos años de un plan de gobierno, con un proyecto concebido por y para los formoseños representa sin lugar a dudas una de las etapas más importantes de la historia formoseña. Precisamente gran parte de esa historia la han escrito nuestros padres y abuelos, adultos mayores hoy, muchos de ellos aún viven y además de ser referentes de ese relato de vida son hoy los destinatarios de nuestras acciones”.
Hubo una exhortación acerca de que “el hecho que una persona se jubile en el trabajo cotidiano no significa que haya que abatirse. Hay que seguir viviendo, disfrutando, participando, haciendo actividades físicas a través de juegos, como en estas jornadas, ser activos participes de esta etapa de la vida”.
Significo asimismo que muchos adultos mayores que tienen las capacidades físicas y psíquicas para seguir trabajando, entonces hay que ver cómo utilizar esta capacidad productiva y su experiencia para mejorar sus condiciones de vida”, sostuvo.
Concluyo insistiendo en que “esto es parte de un modelo donde prima la justicia social y que tiene como meta central que cada formoseño no importa donde viva tenga la posibilidad de vivir mejor. Ese es nuestro desafío, por eso continuaremos profundizando planes y programas para la tercera edad”.