Un proceso de organización para lograr situar a comunidades indígenas formoseñas como una oferta turística efectiva, se viene desarrollando en esferas del ministerio de Turismo de la provincia.
Así lo confirmo el titular de dicha cartera, Ramiro Fernández Patri, en el entendimiento de que son una alternativa a desarrollar, siempre en relación directa con la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, además del respeto a las pautas culturales propias y ancestrales de estos pueblos. Destaco el rol preponderante de los pueblos originarios en la oferta turística de la provincia, “algo que los mismos visitantes lo expresan y tenemos un enorme desafío por delante”
“Propiciamos un turismo inclusivo, responsable, respetuoso y participativo, a fin de que los pueblos originarios abran sus comunidades al visitante. Por eso buscamos delinear
una oferta de convivencia, para compartir prácticas cotidianas, conocimientos y gastronomía, dormir en las comunidades y recorrer la región con guías locales durante uno o dos días”, indico.
Expuso que “el turismo aporta a la transmisión y valorización de la cultura, y será sostenible si tiene a las comunidades como protagonistas centrales en las propuestas para el disfrute de los visitantes. Llámese convivencia entre rituales diarios y muy cálidos, caminatas por el monte para ver sus trampas y recursos en la tierra, las raíces y vegetales con los cuales preparan medicina y obtienen colores para sus artesanías, y el contacto directo con nuestra rica flora y fauna”.
“Una charla con el cacique, el más anciano o anciana de la comunidad, que es muy valorada por su fuente de sabiduría y conocedores de vida, y sobre todo porque son los trasmisores de las costumbres ancestrales”, se propone.
Deja en claro que “los pueblos originarios son mucho más que las artesanías, hasta como ocurre en la provincia se destacan viéndolos en su tarea de docente, como agentes sanitarios, profesores, en lo cultural con tantos y buenos artistas”, significando que otra faceta que sobresale es su labor en la gastronomía autóctona, de ahí que se trabaja en
en que sea un producto concreto a ofrecer.
“En muchos lugares del mundo, incluso en el país, como Misiones y Salta, organizan contingentes de visitantes a convivir uno o dos días con comunidades aborígenes. Es que la gente prefiere vivir experiencias como un ritual, una música, una comida, un baile y ver en primera persona su forma de ser donde aún conservan culturales ancestrales, hoy tiene un enorme valor”, destaca Fernández Patri.
Dijo estar convencido de que “parte de nuestros atractivos en lo cultural, tiene que ver con la integración con las comunidades aborígenes, y por eso estamos trabajando con ellos en ese sentido,