El pasado día lunes 2 de abril, se vivió en nuestra ciudad y en otros puntos de la provincia, como así también en todo el país, la conmemoración del Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo.
La plaza San Martín fue el epicentro donde diferentes organizaciones y áreas del Gobierno Provincial y del municipio capitalino junto a la Defensoría del Pueblo, desarrollaron, diversas actividades.
El Ombudsman Provincial José Leonardo Gialluca, señaló que “pudimos observar que todos los años, crece la -Participación Ciudadana- en este evento de los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y por ello, se hace necesario que también denunciemos públicamente que a pesar de haber pedido Audiencias o una fecha de reunión con todos los concejales actuales, para el abordaje de la temática de la pirotecnia sonora, ninguno ha respondido y pareciera, “que todos nos preocupamos de este punto, semanas antes de que lleguen las fechas de navidad y año nuevo”.
“Institucionalmente, no queremos que suceda nuevamente lo que ocurrió el año pasado, donde tuvimos que acudir hasta la Justicia por nuestro compromiso con los padres con hijos autistas; entonces insistiremos para que a través del Concejo Deliberante que representa a los vecinos de todos los barrios de nuestra ciudad, junto a otros organismos y asociaciones, no perdamos el tiempo, sin acordar y abordar que es lo que se va hacer con la pirotecnia en nuestra ciudad”, se indico.
Los bebes, las personas con discapacidad, los adultos mayores y las mascotas sufren con los estallidos de más de 100 decibeles. Los más de 100 decibeles (dB) que puede alcanzar la explosión de un petardo para dar la bienvenida al 2019, no sólo pueden causar lesiones en la vista o la audición (el oído humano resiste hasta 90 dB sin daños), sino que también hay grupos vulnerables que sufren con los estruendos mientras otros festejan: bebes, adultos mayores, personas con discapacidad, niños autistas y mascotas; los cuales no pueden esperar y los municipios de todo el país, vienen legislando al respecto, como así también lo hacen las legislaturas provinciales.
Para los chicos con trastornos del espectro autista (TEA), por ejemplo, las explosiones son «una tortura”; también lo son, para las personas que sufren alteraciones psíquicas, las que poseen inconvenientes con la hipertensión u otras enfermedades, que no tienen por qué padecer, lo que algunos denominan una costumbre, cuando en realidad se trata de un abuso de conductas que producen daños y que puede ser fácilmente reemplazable; pero para ello debemos contar con el acompañamiento de los Concejales o de nuestros Legisladores. La sensibilidad auditiva de esta población vulnerable potencia aún más las explosiones. «Les generan crisis de llanto, berrinches, actitudes agresivas y hasta llegan a lesionarse. Tienen la necesidad de un orden y una regularidad y todo aquello que altere su ambiente provoca que se incremente su nivel de cortisol en sangre, se pongan muy tensos, generando conductas estereotipadas, repetitivas y agresivas».
Se recordó que la sensibilidad de los animales a los estímulos sonoros intensos, imperceptibles muchas veces para el ser humano, expone a las mascotas a sufrir estrés por exceso de ruido y explosiones. Pánico y conductas no habituales, como escapar o saltar para atravesar ventanas o cercos, aumentan el riesgo de que se lastimen, además de que se desorienten y se pierdan. «Después de cada festejo de Navidad y Año Nuevo crece el número de mascotas perdidas». Si la mascota tiene que quedar en casa sola, insistimos en «no dejarla atada» para evitar el ahorque u otros daños.
«La pirotecnia con contaminación sonora no sólo altera nuestra tranquilidad, también provoca daños graves al ambiente y la fauna urbana. Cantidad de aves mueren debido al estrés provocado por la violencia y persistencia de los estallidos. Las explosiones también afectan a los recién nacidos y a las personas con autismo, cuya sensibilidad auditiva las hace particularmente vulnerables. Los animales de compañía, cuyo sentido auditivo es mucho más sensible que el nuestro, identifican las explosiones como una señal de peligro y entran en pánico; muchos escapan de sus domicilios y algunos mueren atropellados por los vehículos en la vía pública.
«Así las cosas insistiremos con medidas proteccionistas para lograr alcanzar la “Pirotecnia Cero” e ir hacia la pirotecnia lumínica, compartiendo desde la Defensoría del Pueblo, el pensamiento del director de Bromatología de la municipalidad de Formosa, Guillermo Gómez Achón, quien ha trabajado y se ha comprometido en buscar alternativas”, expuso Gialluca.
Finalmente comento acerca de “la necesidad que tienen sectores de la comunidad en utilizar petardos y fuegos artificiales y para ello montar espectáculos puntuales en determinados sitios y a ciertas horas (con muñecos o estructuras gigantes) para fechas como las de fin de año y llevar a cabo actividades diversas totalmente controladas por las autoridades competentes y luego si permitir únicamente la pirotecnia lumínica tanto para las fiestas de fin de año, como para los eventos religiosos, políticos, deportivos y cualquier otro que no conlleve ningún efecto traumático a los sectores vulnerables antes mencionados”.