El Jefe de Gabinete, Antonio Ferreira, presidio la extensa reunión de trabajo donde junto a ministros y técnicos del Poder Ejecutivo, autoridades, caciques y referentes sociales de la zona oeste afectada por la descomunal crecida del rio Pilcomayo, se delinearon las tareas enmarcadas en la fase post inundación.
Los ministros de Gobierno, Jorge Abel González, de la Comunidad, Aníbal Gómez, el administrador del IPV, Marcelo Ugelli, el diputado Roberto Vizcaíno, el coordinador del PE, Aldo Ingolotti, el presidente de la comisión de fomento de Pozo de Maza, Adolfo Víctor Pérez y los concejales tobas del lugar, se contaron entre los asistentes junto a una decena de caciques y dirigentes sociales de aquella franja del departamento Bermejo.
Se expusieron fotos satelitales que reflejan la magnitud de las graves secuelas que dejo en este periodo de crecida el rio Pilcomayo y el nuevo escenario sobre el cual habrá que trabajar. Se expusieron los resultados de estudios topográficos efectuados, presentándose lo complejo de realizar nuevas inversiones en infraestructura y servicios en una zona de riesgo, potencialmente expuesta a las embestidas de la naturaleza, no obstante lo cual se trabajara en ir dando respuestas de manera progresiva en esta fase.
El presidente de la comisión de fomento de Pozo de Maza, Adolfo Víctor Pérez y los concejales tobas del lugar destacaron la decisión política del gobierno provincial de “consensuar con los propios indígenas de aquella zona como encarar todo el complejo proceso pos-inundación, sobre todo por las graves secuelas que dejo este ciclo de aguas altas que tuvo características extraordinarias”.
“Han venido caciques y representantes de las comunidades damnificadas, muchos de los cuales ya no podrán retornar a sus casas que han quedado sepultadas por el sedimento, y otras casi medio centenar que progresivamente lo harán en aquellos sectores que dejaron preventivamente en su momento y no resultaron anegados, sobre todo del derredor de La Rinconada”, expuso.
“No existen lugares seguros en un cien por ciento, si lotes como una franja cercana a los tres kilómetros de extensión por quinientos metros de ancho que presenta un terreno elevado, pero es pequeño para albergar a todas las familias desplazadas cuyas comunidades están destruidas”, indico Vizcaino.