El secretario de Ciencia y Tecnología, Julio Araoz, reflexiono en torno a la conmemoración del Día de la Energía Atómica todos los 31 de mayo, que en esta oportunidad se da en el marco de la discusión por las tarifas, ratificabdo la visión política provincial en que “está comprobado que sin soberanía tecnológica no hay desarrollo económico posible”.
Tras significar que “la capacidad tecnológica nacional es el resultado de décadas de inversión pública”, considera “inadmisible que en nombre de la reducción del déficit, se cancelen proyectos estratégicos y se despida técnicos calificados”.
Recordó el secretario que “el 31 de Mayo de 1950 fue creada la Comisión Nacional de Energía Atómica, por decisión del entonces presidente de la Nación Juan Domingo Perón, se inició así un largo camino de desarrollo autónomo con fines pacíficos que, aun transitando períodos de crisis, posicionó a la Argentina en el reducido grupo de países líderes en estas aplicaciones tecnológicas”.
Araoz expuso que “mientras el incremento sostenido en las tarifas de electricidad y gas provocaba movilizaciones populares en el país, instando al Congreso Nacional a debatir y legislar sobre este tema, se conoció la noticia de la suspensión de la construcción de las dos centrales nucleares previstas en el acuerdo firmado con China, aduciendo restricciones presupuestarias”.
Refirió a que “las mismas, se sumarían a las tres centrales existentes en nuestro país (Atucha I, Atucha II y Embalse), contribuyendo a diversificar la matriz energética nacional donde la generación térmica es superior al 60% con fuerte dependencia del gas y el petróleo”.
Considero importante destacar que “para la Cuarta Central, China comprometió financiar el 85% del proyecto y solo aportar el 30% de equipamiento, ya que la industria nacional, contribuiría con el 70% restante, considerando la alta especialización de 80 Pymes argentinas vinculadas al sector nuclear que habían participado ya de la terminación de Atucha II”.
Advirtió que “el impacto directo al sector nuclear donde confluyen empresas públicas y privadas implicará la pérdida de más de 2.000 puestos de trabajo calificado”.
Expuso que “el Plan Nuclear Argentino se debatió en el Congreso Nacional, y fue aprobado por amplia mayoría, porque se consideró el valor estratégico de la actividad para el país, entendiendo que tenemos capacidades suficientes para construir y operar centrales nucleares eficientemente, aumentando la capacidad de generación de energía eléctrica”.
Además, destaco que “la Argentina compite exitosamente en la exportación de reactores para investigación y producción de radioisótopos, como el que se construirá en Holanda”. En este marco expuso lo “paradójico que un país renuncie a sus capacidades comprobadas para resolver problemas, en este caso la generación de más energía a precios competitivos, y el ingreso de divisas a través de la exportación de productos y servicios de alto valor agregado”.
“La capacidad tecnológica nacional es el resultado de décadas de inversión pública, es inadmisible que en nombre de la reducción del déficit, se cancelen proyectos estratégicos y se despida técnicos calificados”, significo, subrayando que “está comprobado que sin soberanía tecnológica no hay desarrollo económico posible”.
Sostuvo que “el sector nuclear argentino es un ejemplo claro de soberanía tecnológica, que padeció momentos de crisis casi terminales en décadas pasadas, que no por casualidad coincidieron con imposiciones del FMI a los gobiernos de turno”, parafraseando al notable tecnólogo argentino, Jorge Sábato, quien expresó oportunamente: “No puede haber política tecnológica a contrapelo de la política económica”.
Fue categórico al afirmar Araoz que “la soberanía tecnológica es cuestión de estado, el Plan Nuclear Argentino es un claro ejemplo, como ARSAT”, concluyendo que “en el Día de la Energía Atómica debe invitarnos a la reflexión y a la acción, en el ámbito donde estamos representados, el Congreso Nacional”.