La licenciada Marta Portillo, responsable de la Oficina de Violencia Intrafamiliar del Poder Judicial, subrayó que «la violencia contra la mujer es transversal a todas las clases sociales», indicando que «muchas veces se estigmatiza porque son mujeres pobres y en realidad hay casos, por ejemplo, de mujeres universitarias y profesionales, con un nivel económico muy alto así como de escasos recursos».
Expuso que las mujeres que concurren a la Oficina lo hacen «en un nivel de riesgo alto, por lo cual tenemos que trabajar más en la prevención y en las que no llegan a judicializar su problema de violencia de género».
«La violencia es una conducta que se repite, es continua, se mantiene en el tiempo y tiene una intencionalidad: ocasionar daño en el otro», detalló, aclarando que «cuando hablamos de violencia de género es la violencia que ejerce el varón hacia la mujer y cuando la sufre el hombre la encuadramos dentro de la violencia intrafamiliar o doméstica».
Puntualizó que «ésa es la definición que tiene la Ley 26.485, que establece que la mujer es víctima de violencia por acción o por omisión y también habla de todos los ámbitos en los que se relaciona, no solamente en su casa, sino también en el ámbito laboral o social».
Ejemplificó aludiendo al caso Nahir Galarza, la joven entrerriana acusada de asesinar a su novio, quien «está siendo juzgada en estos momentos porque es la agresora y la tipificación en el Código Penal es homicidio. Pero si fuera a la inversa ya sería femicidio. Si es una mujer la que muere víctima del varón es femicidio y la condena es reclusión perpetua».
Finalmente, la licenciada Portillo se refirió a la importancia del rol que deben cumplir los medios de comunicación. «La violencia contra la mujer es transversal a todas las clases sociales. Muchas veces se estigmatiza porque son mujeres pobres y en realidad hay casos, por ejemplo, de mujeres universitarias, profesionales, con un nivel económico muy alto como de escasos recursos», dijo.
«Los medios y los periodistas tienen que tener en cuenta que existe una Ley de Género y que somos pasibles por la violencia simbólica que podemos llegar a ejercer hacia esa mujer cuando la estamos objetivando, es decir, cuando la estamos viendo como un objeto y no respetando su condición de ser humano», concluyó.