El coordinador de la Unidad Provincial Coordinadora del Agua, ingeniero Horacio Zambón, expuso las particularidades de la ultima crecida del rio Pilcomayo, la cual tuvo características extraordinarias y dejo severas secuelas en territorio formoseño.
Tras reconocer que este fue un año muy especial del comportamiento del Pilcomayo y refiriéndose específicamente al proyecto Pantalón recordó que data del año 1991 a través de un acuerdo entre Argentina y Paraguay destacando que “se trata de una obra importante que de cierta manera ha puesto un punto de paro al proceso de colmatación del Pilcomayo.” Aclarando que a partir de ese año y con diversas vicisitudes y características propias de este río, es que ambos países y en especial Argentina (Formosa y Salta), hacen lo que tienen que hacer para que este sistema pueda seguir existiendo.
Aclaró que en el caso del 2018 y refiriéndose al ciclo hidrológico normal que comienza en diciembre expresó que “fue muy particular ya que tuvo varios frentes de ataque,” ya que no sólo fue el caudal del río mismo normal sino que se sumaron caudales de consideración por el desborde mismo producidos en territorio salteño de Monte Carmelo, Santa María y Santa Victoria, entre otros tantos fueron puntos de fuga que por margen derecha, alimentan al territorio salteño y ponen en actividad una serie de meandros o red de paleo cauces( ríos que han tenido una actividad hace miles de años) , formando una abanico aluvial importante que inclusive muchos especialistas del mundo ( de la comunidad europea y rusa )lo han distinguido poniendo en evidencia las probabilidades de ocurrencia de algunos fenómenos de consideración.
Estimó Zambón que esto es lo que ha ocurrido ya en años anteriores, aunque este ciclo fue “con mayor énfasis, fuerza y magnitud “, ya que se activaron las redes de paleo cauces ya que las aguas han transcurrido las fronteras tanto de Salta como la de Formosa, ingresando a territorio formoseño activando viejos paleo cauces que hace muchísimos años no tenían una vida hídrica. “Estas aguas en su avance fueron las que trajeron las dificultades y perjuicios a quienes están asentados en sus cercanías.”, describió.
Según el coordinador de la UPCA, la prueba de ello es que “los avances de agua en estos paleo cauces afectaron a zonas como María Cristina, Santa Rosa y Santa Teresa- situadas a la vera del río- donde una gran masa de agua ha corrido en forma laminar y otro tanto ha ocurrido con localidades ubicadas más al norte como General Mosconi donde se activó la cañada de El Chorro como la del Kilómetro 26 y al sur otra cañada importante llamada La Rica que no estaban activadas desde hace muchísimo tiempo”.