El ambicioso proyecto de recuperación de suelos degradados (plazuelas) en el Chaco Semiárido, tanto con implantación de algarrobo y lotes de pastos, para así tener la disponibilidad de alimento para el ganado en época de bache forrajero, está en pleno proceso de expansión en el extremo oeste provincial.
La ingeniera forestal Natalia Lupia que coordina los objetivos pedagógicos productivos comunes de las escuelas agro técnicas 9 de la Rinconada, 10 de El Quebracho y 11 de Pozo de Maza, expuso que se apuntala los proyectos productivos a fin de que las escuelas aporten al desarrollo local en el proceso de formación de los alumnos como técnicos en producción agropecuaria. Para ello los acuerdos entre las carteras de Educación y la de Producción para el desarrollo de proyectos es estratégico, como justamente el de recuperación de suelos degradados.
Expuso que el punto de partida fue con productores de la comunidad de El Chivil y el Quebracho, y próximamente se expandirá la zona de Pozo de Maza, donde se dio el aporte del ministerio de la Producción con insumos, maquinas y asesoramiento se avanza, incluso con un vivero.
Conto que la escuela se ocupo del arado del suelo, la siembra de pasturas y la forestación de las plantas del vivero, además de los cuidados posteriores. Recordó cuando un año atrás en ocasión de que visita la zona el gobernador (Gildo) Insfran se observo un predio de cuatro hectáreas desnudo, erosionado y nula materia orgánica en El Chivil, el cual se transformo en un verde por las pasturas que lo cubrían y que sirve para que el productor tenga disponibilidad para las épocas de bache forrajero que va desde mayo a septiembre.
Revelo que una faceta importante fue el “animar a los productores, aun reacios a cambios de hábitos productivos, para lo cual sus jóvenes hijos están contribuyendo a modificar prácticas, y señalan que los exitosos alcanzados permiten alentar a los demás a que se puede potenciar la rentabilidad de sus campos”, expuso.
Destaco la ingeniera Lupia la decisión del estado en su propósito de darle igualdad de oportunidades a que los productores de esa región que deben sortear muchos condicionantes naturales, encuentren la herramienta que les permita mejorar sus producciones.
El pasto introducido en lo que fue el peladar demando labores implementos como el disco y cincel para sembrar luego lotes con pasturas como el buffel y el gatton, para así determinar el mejor laboreo que se adapta a la zona, porque de otra manera no hay germinación, expusieron los chicos.
Un dato no menor es que ese cincel fue fabricado para la Pampa Húmeda, por lo que debió ser modificado con mecánica local y así poder penetrar de la mejor manera la “escara” de cobertura que poseen los peladares improductivos ahora cubiertos de hectáreas de pasturas.
Otro aspecto saliente es que no se toco el monte nativo, sino que se avanzo sobre el suelo naturalmente deforestado por el sobre pastoreo que se produjo en esa región décadas pasadas y que modifico totalmente aquellos épocas de praderas fértiles.