El cierre de la gira del gobernador Gildo Insfrán de este jueves ocurrirá en el seno de la Escuela 30 “Comandante Luis Piedra Buena” del paraje Bajo Hondo, que celebra su centenario. Distante a unos 470 kilómetros de la ciudad capital, en el noroeste del territorio provincial (pleno bañado la Estrella), un sitio con una rica y poca difundida historia.
La escuela fue creada el 22 de noviembre de 1918, en el paraje denominado Fortín César Chávez, nombre que fue impuesto por las autoridades del gobierno en honor al cabo primero de Gendarmería Nacional del segundo escuadrón que perdiera la vida en cumplimiento del deber en un enfrentamiento armado con los indígenas.
En este asentamiento habitaban familias que provenían de las provincias de Salta, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy, grupos de bolivianos y paraguayos que se refugiaban de la guerra en esos dos países en el espeso monte a orillas del Río Pilcomayo.
Su primer director Edmundo Strien, un joven docente oriundo de la provincia de Corrientes que comenzó con la ardua y difícil tarea de preparar el terreno para la construcción de la nueva escuela. Si inicio la construcción en forma muy precaria, con la ayuda del personal de Gendarmería y de algunos pobladores que se sumaban al proyecto.
En aquella época el peligro era constante, tanto de los malones como de algunas especies de animales salvajes, serpientes venenosas que abundan en la zona, se suma además la falta de caminos para la comunicación entre un poblado y otro.
El agua no era permanente en el lugar, con buen criterio y por sugerencias de los lugareños, el director decidió iniciar las clases el 24 de septiembre de 1919 en un lugar cercano, conocido con el nombre de “Pozos de las Viejas”, nombre que se origina por la presencia de señoras ancianas, mayores de edad que concurrían una o dos veces por semana a lavar las ropas siempre en grupo por temor a los indios; allí se pasaban informaciones, comentarios sociales y hasta concretaban los encuentros entre parejas e infidelidades amorosas.
El cauce irregular del río Pilcomayo condicionaba a los pobladores permanecer por mucho tiempo en un mismo lugar, la acumulación de agua por las lluvias o por los desbordes del río en los llamados bajos producían evacuaciones y aislamientos casi permanentes, de allá el nombre de Bajo Hondo.
Desde el año 1937 al 1959 funciona la escuela dentro del campo de la familia Ruiz, luego transformado en cauce seco, a cargo de la docente Juana Ponce de Bobadilla. Desde el año 1960 hasta la fecha, la escuela funciona en el paraje Bajo Hondo, todavía se puede observar la construcción de la vieja escuela, ya desde el año 1994, existe el nuevo edificio de material, con techos de zinc con cielo raso de machimbre, piso de material.
“No podemos olvidarnos de la patriada y vocación de servicio del director y docente Jacobo Felipe Sarquís que se radicó en el lugar y compartió con su familia por más de 27 años, que por razones de enfermedad fue trasladado hasta Las Lomitas, falleciendo en el camino”.