Una tradición en estas fechas especiales que motiva el encuentro de las familias, de los vecinos en diferentes puntos ciudadanos son los pesebres que evocan el nacimiento de Jesús y que se arman cada 8 de diciembre.
Los diferentes organismos públicos, casas particulares, espacios públicos y comercios del medio se verán adornados con este símbolo tradicional.
Para la familia formoseña el pesebre es un legado que se transmite de generación en generación, porque su armado tiene características propias de este suelo; se construye con flores de palma y se adorna con frutas de la zona, ananá, melones, sandías, mangos, legumbres, constituyen la ofrenda para el Santo Niño y las personas que lo visitan. La ofrenda junto con las flores de palma, con las que se construye la cúpula que alberga a la Sagrada Familia, despliega fragancias típicas de diciembre. Y esta tradición es por lo tanto, patrimonio inmaterial de Formosa.
En el marco de la celebración navideña, uno de los pesebres que encantan todos los años es el que se erige en la Cruz del Norte, en nuestra ciudad. Un nacimiento con nuevo formato, renovado, una creativa propuesta con la participación de la gente del Instituto Provincial de la Vivienda,
Otro de los grandes atractivos es el “pesebre hiperrealista” que el gobierno provincial monta cada diciembre en la plaza de Las Banderas del Paseo Costanero. Se tratan de enormes 124 piezas que han resultado en extremo llamativas para la comunidad, que lo visita y se toma fotografías junto a ellas, se ha convertido en uno de los mayores atractivos de la ciudad.
“Este el de Formosa es el pesebre más grande del mundo” revelo concluyente el doctor Fernando Pugliese, uno de los máximos artistas argentinos, diseñador y ejecutor de la enorme obra de arte, con la cual se recrea uno de los máximos símbolos cristianos.
Se trata de una obra “hiperrealista” en tamaño real y natural de cada uno de sus componentes, además de una ambientación especial con un moderno sistema lumínico, músicas y relato sonoro de las distintas escenas y secuencias que recrean el nacimiento del niño Jesús, dándole un sentido didáctico a este símbolo del cristianismo.
Esta obra se integra a la habilitación del tradicional arbolito que se encuentra adyacente a esta explanada, además de todo el sistema lumínico a lo largo del Paseo Costanero Vuelta Fermosa y las siete plazoletas centrales de la avenida 25 de Mayo que son apadrinadas por el Instituto de Asistencia Social. Se mixtura así este cumulo de ornamentaciones que le dan vida a la propuesta dada en llamar “Formosa Brilla”.