El buque carguero Formosa de la empresa estatal ELMA había cumplido con su misión de abastecer a las tropas argentinas en Malvinas, cuando fue atacado por error por uno de los pilotos más reconocidos de la aviación militar nacional.
Quien evoco este suceso histórico fue Fernando Morales quien dio detalles de lo sucedido en medios nacionales.
En abril de 1982, el piloto de ultramar de primera Horacio Bianco, luego subdirector de la Escuela Nacional de Náutica «Manuel Belgrano», era un joven oficial que había egresado apenas quince días antes del estallido del conflicto. Como tantos otros marinos civiles, Bianco fue convocado para servir en las operaciones, pero lo que le tocó vivir junto al resto de sus compañeros de buque merece un capítulo especial.
Tras la recuperación de las Islas Malvinas, las Fuerzas Armadas se abocaron a afianzar sus posiciones y prepararse para resistir la formidable maquinaria bélica que el Reino Unido puso en movimiento para volver a ocupar las islas. En un teatro de operaciones principalmente naval, la Argentina contaba con una poderosa flota mercante estatal y privada con ELMA (Empresa Líneas Marítimas Argentinas) e YPF a la cabeza en cantidad de unidades en condiciones de servir como apoyo logístico. Varias naves cargueras y petroleras fueron «empeñadas» en el esfuerzo bélico, y en la gran mayoría de los casos las tripulaciones civiles aceptaron con entusiasmo la idea de participar en operaciones logísticas y de inteligencia. El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea dispusieron de distintos buques civiles para satisfacer sus respectivas necesidades de aprovisionamiento, transporte de personal, pertrechos y combustibles. Si bien en teoría todas las naves operaban bajo el Comando de Operaciones Navales, en la práctica la Marina no tuvo control efectivo sobre todas las embarcaciones.