Cornelio García, un joven pilaga de 22 años, oriundo de la comunidad indígena Rincón Bomba, acaba de egresar como enfermero universitario de la UNaF.
Emocionado recordó los “primeros años difíciles, sobre todo porque la realidad de los últimos tiempos se complico todo”, revelando que “me costó cuatro años recibirme, fue difícil acomodarme, tuve que abandonar primero y luego si arranque y no me detuve mas”.
Comento que toda la escuela primaria y luego el secundario lo hice en su comunidad, y que ahora su propósito era regresar y ayudar a la familias del lugar, algo que expuso “siempre requiere una mano y, sobre todo en cuestión de salud que es una demanda permanente”.
Dijo que en la UNaF cursan muchos conocidos, contabilizando una decena en el caso de la carrera de enfermería, y unos 30 aborígenes de distintas etnias que tienen un título universitario, que entiende “demuestra que las oportunidades son para todos, y una gran felicidad porque de muestra que la gente humilde también puede egresar con una formación universitaria”.
Otro aspecto ponderado por Garcia es el respaldo permanente de egresados y amigos, además de un estado provincial que “con su apoyo en todo sentido permite que jóvenes humildes puedan estudiar y permanecer en la universidad, recibirse y hacer realidad su sueño de un proyecto de vida digno propio”.
Aludió a la “emoción, euforia y llanto de mi madre cuando le conté que termine la carrera y soy un enfermero universitario”, contando que recibió llamadas, como de directivos del hospital lomitense interesados en su incorporación al mismo, ya que a dicho nosocomio se atiende de manera permanente a poblaciones aborígenes, con lo cual su comprensión de la cultura indígena contribuye a brindar el mejor servicio de salud.