Desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia, habiéndose oportunamente solicitado la intervención de la Cancillería Argentina, para cesar y disminuir las permanentes contaminaciones que viene sufriendo el Río Paraguay, desde donde se encuentran las principales tomas de agua de las ciudades más importantes de nuestra jurisdicción, como lo son Clorinda y Capital, se informó que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación remitió los antecedentes que dan cuenta que el pasado 16 de febrero se desarrolló la tercera jornada de limpieza del cauce del arroyo Mburicao, la cual se suma a los trabajos ya realizados el pasado 14 de enero y 1° de febrero del corriente año.
Asimismo, la municipalidad de Asunción, habría señalado que el trabajo se realizó a lo largo de los 14 km que tiene el cauce del arroyo, en 12 puntos elegidos estratégicamente por las autoridades. De la jornada participaron aproximadamente un millar de voluntarios de distintos sectores de la sociedad, entre los que se encontraban: reservistas del Ejército y de la Armada Paraguaya, bomberos voluntarios y público general.Esta iniciativa se enmarca en la «Campaña de Restauración y Recuperación del Arroyo Mburicao», la cual forma parte del convenio de cooperación entre la Municipalidad de Asunción y el MADES, el cual tiene entre otros objetivos, la restauración y limpieza del arroyo.
Por su parte, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la República del Paraguay, Ariel Oviedo, destacó que prácticamente el 90% de los contaminantes retirados del cauce del Mburicao fueron residuos sólidos urbanos, los cuales son arrojados por los vecinos y empresas localizadas en las inmediaciones del arroyo. Sobre este punto, el propio ministro de Ambiente señaló que el sistema de recolección de residuos en la ciudad de Asunción continúa siendo deficiente, lo cual provoca que los vecinos arrojen sus residuos al arroyo, y señaló que es importante visibilizar esta problemática a fin de que las autoridades del municipio mejoren el servicio de recolección de basura.
Al respecto, el intendente de la ciudad de Asunción, Mario Ferreiro, señaló que el municipio está trabajando para la erradicación de los “vertederos clandestinos”, para lo cual estaban proyectando la realización de diversas obras de infraestructura, así como la adquisición de maquinarias para mejorar la recolección de residuos.Por su parte, el ministro Oviedo anunció que intensificarán los controles sobre lasindustrias que vierten sus efluentes sin tratar al Mburicao, siendo los principales contaminantes los provenientes de frigoríficos, mataderos y cloacas.
Es por ello que la Dirección de Fiscalización Ambiental Integrada (DFAI) dependiente del MADES ya ha procedido a la notificación y/o clausura de algunas de las empresas que se había detectado arrojaban residuos urbanos y de construcción de forma irregular a la cuenca del arroyo, infringiendo la normativa ambiental vigente.Por otra parte, Oviedo también señaló que se espera que en el trascurso de 2019 se concrete la construcción de la Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales de Bella Vista, en la zona del Bañado Norte de la ciudad de Asunción, la cual se estima ayudará de forma considerable a que las cuencas de los arroyos Mburicao e Itá (ambos tributarios del Río Paraguay) no sean contaminados con aguas servidas.
La construcción de la planta de tratamiento es impulsada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones de la República del Paraguay, la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay SA (ESSAP) y la municipalidad de Asunción, con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el marco del Proyecto de Modernización del Sector Agua y Saneamiento (PMSAS).
Con todos estos antecedentes el Organismo de la Constitución Provincial dijo que continuará con un permanente seguimiento de todas las actividades que desarrolladas, en las altas cuencas del río Paraguay, contaminan sus aguas y quienes vivimos aguas abajo, sufrimos las consecuencias no solamente en lo que respecta a la salud pública, ambiente, sino también en la disminución alarmante de la fauna ictícola y flora que van desapareciendo como consecuencia de lo antes descripto, sin perder de vista, “además las acciones de contaminación que se pudieran producir dentro de nuestro territorio”.