La carta que el presidente Mauricio Macri enviara al gobernador Gildo Insfrán con el objetivo de convocarlo a sumarse al acuerdo de diez puntos propuestos para lograr un consenso, tuvo una respuesta categórica como fundamento para la visión critica del primer mandatario formoseño.
Le hace ver que “entre los valores en los que fuimos formados el respeto al otro y la buena fe, son cardinales para enmarcar toda relación que entrañe la búsqueda de dialogo y acuerdos para el bien común”, afirmando que “esos valores, que son de doble vía, nos guiaron en las distintas convocatorias realizadas por su gestión y a las que acudimos en búsqueda de consensos, los que una vez alcanzados, sin embargo, fueron incumplidos y no por acción de las provincias”.
Advierte Insfrán que “no es con palabras ni declaraciones formales y mucho menos eslóganes que se demuestran las verdaderas intenciones, sino con acciones concretas; los hechos que vivimos en la Argentina los últimos tres años y la crisis a la que hemos sido conducidos son por si suficientemente elocuentes”.
Deja en claro que “jamás fuimos consultados por las decisiones que ha tomado el Gobierno Nacional para llegar a esta situación. El formidable endeudamiento, el acuerdo con el FMI y las consecuencias que ello entrañan, embargando las esperanzas de la presente y futuras generaciones, responden exclusivamente a la voluntad política de quien ejerce la Primera Magistratura”.
Para el gobernador el “verdadero problema -señor Presidente-, no es económico sino político”, entendiendo que “reducirlo a una serie de puntos sobre “cuestiones básicas de nuestro desarrollo económico”, es otorgar preponderancia excesiva a la economía por sobre la política y las personas que habitan la Argentina”.
Sostuvo que “la crisis en la que estanos surge de una concepción que reduce al hombre -varón y mujer- a una mera variable económica, a un simple numero estadístico sin trascendencia ni historia”, dejando en claro que “a eso no podemos prestarnos”.
Entiende que “reconocer, promover y defender la dignidad de la Persona Humana en toda su dimensión, tanto individual como comunitaria, es la piedra angular de cualquier posibilidad de dialogo y ello, implica desde ya, la modificación del rumbo económico a la que condujo a la Argentina desde diciembre de 2015”.
Desde esta perspectiva, y “con todo respeto”, Insfrán expone concluyente que “la carta presidencial tiene limitada intención de justificar lo hecho y reducir a una simple mirada económica una discusión mucho más profunda, porque es, en definitiva, el modelo de país el que está en juego; y ello, por lo visto y vivido hasta hoy, está lejos de formar parte de una agenda amplia de dialogo político y social”.