“Usted tiene la esperanza que el pueblo argentino lo va a reelegir?”, interrogo el gobernador Gildo Insfrán al presidente Mauricio Macri, con marcado gesto de escepticismo de que ello ocurra. “Váyase a su casa por el bien a la patria”, pidió, como también que “muestre a último momento algo de patriotismo, porque el daño que le hizo a la Argentina es algo terrible”.
Al hablar este martes en Ibarreta al inaugurar cinco obras educativas, aclaro que “no haremos nada para que se vaya”, parafraseando a Juan Domingo Perón, quien en su momento expuso que “mi adversario hará todo para que yo vuelva, y acá también lo hicieron para que regrese un movimiento nacional y popular”. Afirmo que este retorno al poder nacional será “sin rencor ni odio, sino en paz y amor, para que vuelva a reinar la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación”.
Afirmó estar feliz al “ver tantos rostros jóvenes que son el presente que emergen para sostener este hoy y el futuro que se construye desde la escuela pública”, de la cual dijo ser un “férreo defensor”, y pidió al presidente que no la “desmerezca”.
Calificó de “histórica” la jornada porque se estaba inaugurando obras para cinco instituciones educativas, y de igual número de directores, tres eran mujeres, para decirle a los dos hombres que “hay que remar muchachos”, ponderando los alcances de la ley de igualdad de género.
Saludo a dirigentes justicialistas como Antonio Cabañas de Perín, y tras insistir en que “el peronismo no es sectario ni excluyente, sino que es la columna vertebral de un movimiento nacional y popular”, sostuvo que abrazan a todos los que vengan de esa vertiente. Puso como ejemplo a la radical lugareña Úrsula Ayala, para renovar su llamamiento a otros dirigentes del centenario partido para que “dejen de hacer el papelón de defender la injusticia al pueblo argentino”.
Luego de afirmar que en las obras inauguradas no había un solo peso nacional, recordó cuando ya en 2016 decía que el Plan Belgrano solo servía para bajar los carteles que señalan proyectos del anterior programa de la gestión CFK, denominado Norte Grande y sustituirlo por algo que nunca fue un plan, no tuvo jamás presupuesto.
Insistió en que Cambiemos “engaño el pueblo argentino”, y que castigo con eliminar obras y programas como el Gasoducto, la autopista de la ruta 11, la paralización del pavimento sobre ruta 86, recorte al Plan de Vacunas, el cercenamiento a planes educativos como Conectar Igualdad, entre otros programas nacionales desfinanciados.