“Hoy la economía está en terapia intensiva y no se la puede sacar de ese estado con aspirinetas”, afirmó el vicepresidente regional NEA de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Fabián Hryniewicz, planteando que “hay que buscar medidas profundas y de resolución inmediata”.
A su vez, lamentó el cierre de pymes, comercios y empresas emblemáticas nacionales afectados por el impacto de las importaciones, el aumento de los costos, los tarifazos y la caída del consumo.
De los miles de casos vale mencionar a Canale, que quebró tras 143 años de participación en el comercio alimenticio del país, y los cierres de la fábrica Suschen, productora de las conocidas mielcitas y otras golosinas, y dos plantas de Arcor en la localidad mendocina de San Martín. También, la tradicional empresa de alfajores y confiterías Balcarce, que presentó un procedimiento preventivo de crisis, y la fábrica de galletitas Tía Maruca, retrasada en el pago de sueldos y aguinaldos a sus 400 empleados, entre muchos otros.
“Lo grave y lo preocupante de todo esto es que están cerrando industrias dedicadas a los repuestos de los automóviles, a lo comestible, lo textil, etcétera, con lo cual vemos que todos los rubros están afectados, no hay uno sólo que ande bien, todos van mal, salvo los que están dedicados a prestar servicios, como es el caso de la energía eléctrica, los combustibles y el transporte”, señaló Hryniewicz, para quien “no se trata de cuantificar cuántos negocios abren y cuántos cierran, sino ver el movimiento económico que tenemos en general”.
Argumentó que “si uno empieza analizar el cuadro de situación económica del país y ve que poner el dinero en un plazo fijo deja una renta del 56% de interés y yo en el mejor de los casos con cualquier tipo de actividad ya sea comercial, industrial o de producción me puedo sentir súper exitoso si logro un 10% de rentabilidad anual, entonces, no hay mucho que pensarlo”.