Al analizar las últimas medidas económicas adoptadas por el Gobierno Nacional, el contador Julio Svartz señaló que la eliminación del IVA en determinados alimentos no llegó a los consumidores, apuntando que “hoy llenar un changuito de supermercado está rondando los $10 mil”.
“Las medidas que viene aplicando el Gobierno Nacional, principalmente una política de ajuste, generaron que se vean muy afectadas, por ejemplo, partidas tan esenciales para los comedores escolares”, reprochó.
A su vez, indicó que “hay provincias muy endeudadas en dólares como la Provincia de Buenos Aires, Córdoba o Chaco, que se ven afectadas luego de los anuncios del ministro de Hacienda de la Nación, Hernán Lacunza, que llevaron al país a un default selectivo”.
“Los alimentos de los argentinos están dolarizados y la suba de la divisa norteamericana generó un proceso devaluativo muy fuerte, afectando a todos los ciudadanos”, explicó, marcando que “con estas medidas de restricción de cambios o comúnmente llamado cepo aparece una nueva herramienta informal que es el dólar blue”.
Puntualizó que “esto genera una disyuntiva porque muchos comercios habían remarcado ya los precios no solamente cuando fue el proceso de devaluación post PASO, sino también después con la quita del IVA”.
Respecto de esto último,criticó que los consumidores no vieran reflejado el beneficio en los precios de los alimentos. “No solamente que es un impuesto coparticipable que desfinancia a las provincias, sino que lo que se recauda del IVA también va a la ANSeS, a las jubilaciones y las pensiones del sistema de reparto”, apuntó.
“Creyeron que con esta medida iban a generar un poco de consumo, lo que no fue así porque el error fue devaluar un 30% y pegar aún más en el poder adquisitivo de la gente, entonces, cuando se va a la góndola no se encuentran productos que realmente hagan la diferencia a la hora de llenar el changuito”, argumentó Svartz.
Sostuvo que “hoy, llenar un changuito de supermercado está rondando los $10 mil. Es una locura”, marcando que “es un gran inconveniente para cualquier familia y muchos tuvieron que cambiar su estructura nutricional. En épocas de crisis el gran problema es la mala nutrición de las personas porque lo más barato son las harinas y los derivados”.
“No solamente que las personas no pueden alcanzar a comprar los productos que realmente las alimenten, sino que apenas llegan a los de baja calidad”, finalizó.