Cómo actuar ante un golpe de calor
Buscar un lugar sombreado y fresco al que trasladar al afectado.
Aligerar la ropa para que el cuerpo se ventile.
Mojar al niño con agua fresca. Se pude colocar un paño mojado en frente, nuca, muñecas, axilas o ingles para reducir la temperatura corporal.
Ofrecerle agua para rehidratar. Lo conveniente es que esté fresca, no helada y beber de a sorbos.
Con temperaturas superiores a 40 grados dar un baño con agua fresca (no fría) para intentar disminuir la temperatura hasta los 38º, momento en el que se detendría el frío para evitar una hipotermia y pudiéndose reiniciar el proceso si la temperatura volviera a elevarse.
Tener un golpe de calor o sufrir una insolación nos hace más sensibles a las condiciones calurosas durante más o menos una semana después, por lo que habrá que evitar especialmente las situaciones de riesgo.
Como prevenir un golpe de calor
Hidratar. Ante temperaturas elevadas es preciso ofrecer a los niños líquidos (el pecho en caso de lactantes) de forma constante, sin esperar que lo pida.
Limitar el ejercicio físico excesivo en las horas más calurosas.
Ropa adecuada. Es recomendable utilizar prendas de vestir transpirables, ligeras, holgadas y de color claro.
Refrescar: mantener a los niños en lugares sombreados o con aire acondicionado o ventiladores si es posible. Para que se refresquen es aconsejable que se bañen o mojen el cuerpo con cierta frecuencia.
Al aire libre, protección: la cabeza debe llevarse protegida con algún gorrito que permita transpirar. En la playa o campo, hay que intentar evitar el centro del día, de 11 a 17 horas aproximadamente, y descansar bajo la sombrilla, además de proteger la piel con una crema solar. Unas gafas de sol también protegerán los ojos de los pequeños.
En casa: Hay que mantener las ventanas cerradas mientras la temperatura exterior sea superior a la interior. Es conveniente abrirlas de noche, cuando refresca, para ventilar la casa.