Por el Mgter. Adrián Muracciole
La Pandemia del Coronavirus afecta la economía. Es una verdad tan obvia que no requiere mayor explicación. Las estimaciones hablan de una caída del PBI global del orden del 3%. El debate se abre entre quienes sostienen que esto nos afecta irremediablemente y otros, que aseguran que la cuarentena genera efectos devastadores en la economía y, por lo tanto, es mas dañina que la propia enfermedad. Como siempre, los datos son siempre inobjetables.
Según el FMI, las estimaciones para América Latina hablan de una caída del 5,2% en el continente. La caída de Brasil sería el 5,3%, la de México un 6,6%, Argentina un 5,3%, mientras que Chile y Perú un 4,5%. Ecuador por su parte sufrirá una caída del 6,3%.
Entre los países desarrollados, la caída seria del 6,1%, destacándose la caída de Estados Unidos —5,9%—, Francia —7%—, Italia —9,1%—, España —8%— e Inglaterra —6,5%—.
¿Que nos dicen estos números?
La cuarentena no tiene efectos macroeconómicos. La caída será la misma en Brasil que en Argentina y será mayor en Estados Unidos, Inglaterra, Italia y España.
El aislamiento no genera más pérdidas económicas que la liberación de la cuarentena, pero si salva muchas, pero muchas vidas. Estados Unidos hace rato cuenta mas muertos de los que tuvo en la Guerra de Vietnam. Dentro de menos de 10 días, el Coronavirus ya habrá matado mas estadounidenses que la Primera Guerra Mundial. Por su parte, en Brasil la cantidad de muertos supera los 10.500.
Los óbitos de tantas personas en nombre de “salvar la economía” no tuvo ningún efecto económico favorable y solo condenó a adultos mayores y pobres a la muerte.
Paradójicamente, los países que tendrán crecimiento económico este año serán China e India donde la cuarentena fue sumamente restrictiva y las muertes por coronavirus son mínimas.
Mientras en Italia murieron 500 personas cada millón de habitantes, en China fueron solo 3. Y mientras las decisiones del Presidente de Estados Unidos llevaron a la muerte a 237 estadounidenses por cada millón de habitantes, en la India solo murió 1 persona por cada millón.
La comparación entre Argentina y Brasil es abrumadora. La caída de la economía será similar, pero en Brasil murieron 35 veces mas personas, 7 veces mas teniendo en cuenta la población total.
La explicación es mucho más sencilla de lo que los economistas del establishment quieren presentar. Por un lado, los muertos no producen ni consumen. Solo con población sana se puede tener una economía saludable.
Por otro lado, la economía depende mucho del comercio internacional y este ultimo caerá más del 11% (algunas estimaciones hablan de 30% de caída). En ese escenario, poco importa poner en riesgo a toda la población para producir, porque ante un mercado que se cierra, la salida es por otro lado.
Si habrá destrucción de riqueza —medida en términos de producción de bienes y servicios—la única solución posible es la mejor distribución de la misma y esa es una discusión que el Poder Económico se niega a dar.
Los países centrales ya están aplicando impuestos a los grandes patrimonios, porque no hay otra salida que distribuir mejor lo que hay, en el contexto de caída económica global.
No hay salvación individual. No distribuir mejor la riqueza en el contexto de Pandemia solo generará mayor recesión a futuro. La crisis de 1930 que fue menor a esta, lo demostró.
Por lo pronto, en nuestro país las medidas paliativas ya superan el billón de pesos. “¿Como se paga?” grita el establishment, que no se queja de los fondos que recibe la clase alta.
Se puede pagar con emisión o con impuestos, aunque otra alternativa es utilizar los fondos que “ahorraríamos” por no pagar los vencimientos de deuda externa de 2020. Solo en intereses, estamos hablando de $678.934.454.0510 (suponiendo que el peso no se devalúe más). Si además agregamos el capital, le sumamos otros $1.494.496.827.638. Si no pagamos la deuda que dejó Macri, solventamos todos los gastos para afrontar la emergencia.
Los últimos números reflejan dos cosas. Por un lado, el colosal impacto de esta Pandemia sobre la economía. Por el otro, dimensiona el desastroso manejo de la deuda por parte de quienes hoy salen en la tele a hablar de como “salvar la economía”.