El médico responsable de Infectología y Control de Infecciones del Hospital de Alta Complejidad, Julián Bibolini, brindó un informe acerca del estado de salud de los pacientes que dieron positivo a COVID-19 en la provincia y permanecen aislados en el Hospital Interdistrital Evita. Además, hizo referencia a las personas infectadas y con factores de riesgo y al tratamiento de los residuos hospitalarios.
Durante una nueva conferencia del Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19, el doctor Julián Bibolini expuso que los 38 pacientes con COVID-19 están estables y sólo 11 de ellos presentan síntomas leves, como molestias abdominales, tos seca y dolor de garganta.
“Nada agudo ni que requiera ninguna intervención más allá de los análisis realizados. Están afebril, no requieren oxígeno, no tienen necesidad de sueros. Por suerte están todos estables, controlados, se les hacen las evaluaciones diarias de parte del equipo médico y el personal de enfermería hace los controles de signos vitales que nos mantienen al tanto de alguna novedad”, detalló.
Personas con factores de riesgo
Respecto a los pacientes que presentan enfermedades crónicas de base o son adultos mayores, Bibolini aseguró que están asintomáticos y no presentaron descompensación en sus patologías de base.
Por su parte, el médico epidemiólogo Romero Bruno sostuvo que permanecen aislados en “lugares diferentes” del resto de los pacientes y con mayor control médico, sobre todo los que padecen diabetes tipo 2, con la presión arterial y el nivel de azúcar en sangre.
En ese sentido, el especialista explicó que las personas con este tipo de diabetes, que no son insulinodependientes, estaban exceptuadas dentro de las excepciones de las enfermedades de base que debían realizar la cuarentena en sus domicilios.
“Dentro de la disposición para el alojamiento preventivo voluntario, muchas personas que no aceptaron las condiciones que se les han propuesto no ingresaron a la provincia. En este caso hubo excepciones que tenían que ver con la inmunodepresión, personas que presentaron riesgos, cáncer, tratamientos oncológicos, enfermedades inmunológicas, entre esos estaban los diabéticos tipo 1, que necesitan insulina”, informó.
Resaltó que “no se agregó a los diabéticos tipo 2 como el caso al que nos estamos refiriendo, tampoco la hipertensión está como factor de riesgo. En general, se aceptan estos factores de riesgo en algunas personas que puedan presentar alguna complicación”.
En el caso de los pacientes diagnosticados con COVID-19, no presentaron desestabilización en sus enfermedades crónicas y pudieron “continuar sin ningún riesgo”.
“En este momento, al tener el virus lo que se hace es un mayor monitoreo pero la evidencia muestra que están asintomáticos, algo para tener especialmente en cuenta”, indicó.
Síntomas atípicos
En otro orden de cuestiones, Bibolini hizo referencia a las manifestaciones gastrointestinales que presentaron algunos pacientes diagnosticados y que son atípicas para el coronavirus.
“Entre un 10% ó 15% presentan síntomas gastrointestinales. Si juntamos a todas las personas que tuvieron COVID y les preguntan qué síntomas tuvieron, ése porcentaje del 15%, que no llega a 20%, hace referencia de haber tenido síntomas”, aseveró.
En ese contexto, Bibolini argumentó que si bien el Ministerio de Salud de la Nación no asocia estos síntomas como coronavirus para catalogar un caso en sospechoso, igual el equipo médico del Consejo decidió realizar el hisopado que diagnosticó el virus.
“Sólo por el nexo epidemiológico y porque venían de provincias con circulación del virus donde había síntomas gastrointestinales y por más que no reunía ese requisito que decía Nación, se puso como sospechoso para nosotros y por eso se hisopó y tomó las muestras”, remarcó.
Residuos hospitalarios
Por último, Bibolini aclaró que los residuos biopatogénicos generados por los pacientes del Hospital Evita no tienen un tratamiento distinto de traslado, ni procesamiento más que el existente.
“Ya hay un sistema para esos residuos tanto de procesamiento como para el traslado de los mismos, no sólo por coronavirus, hay muestras de sangre con otras patologías como hepatitis B o gérmenes multiresistentes que existen dentro de los hospitales. Hay muchas patologías diferentes que pueden transportar estos elementos; por lo tanto, ya hay un circuito establecido”, fundamentó.
Y agregó: “Se hace un procesamiento de los residuos cuando llegan a su depositario final para evitar la transmisión de estos microrganismos en general. Ese procesamiento es mucho más eficaz para matar a este simple virus, porque en el medio ambiente es más fácil eliminarlos. A su vez, con los procesamientos para tal fin se eliminan otros microrganismos más estrictos y por lo tanto, hay más seguridad”.
Todos los residuos se juntan en las “bolsas rojas”, conocidas por su grosor y una empresa aparte es la encargada de retirarlos y realizar el procedimiento indicado por el infectólogo Julián Bibolini.