EN PRIMERA PERSONA
Iván es un joven abogado integrante del equipo interdisciplinario que cumple funciones en los centros de alojamiento preventivo que dio positivo a coronavirus mientras trabajaba en el Centro Juan Pablo II. La confirmación de COVID-19 lo sorprendió pero mucho más cómo los rumores falsos afectaron su intimidad y la de su familia.
Su caso, detectado mediante un hisopado el 24 de junio se difundió a través de Whatsapp, incluso con su fotografía, acompañada de todo tipo de rumores respecto a dónde había estado y con quién se habría relacionado y podría ser contacto estrecho. Todo falso.
En diálogo con Agenfor, Iván aseguró que mientras trabajaba en el Centro Juan Pablo II tanto él como sus compañeros cumplieron con el protocolo COVID y utilizaron trajes de bioseguridad: mameluco, barbijo, cofias, anteojos y las medidas continuaban al llegar a su domicilio.
“Los médicos nos explicaron que estas medidas minimizan a un 99% el riesgo de contagio pero hay un 0,01% de que suceda, como me pasó. Incluso teníamos cabina sanitizante, éramos cuatro personas, con un control estricto por la magnitud de lo que es el COVID-19”, explicó.
Una vez confirmado el positivo, el abogado fue trasladado hasta el Hospital Interdistrital Evita, donde permaneció por 14 días, y luego del alta, doce días más en su casa, por prescripción médica. Ni su esposa, ni sus padres, como tampoco ningún contacto estrecho, contrajo el virus.
“Se dijeron muchas cosas, ninguna cierta. Se dijo por ejemplo que estuve en el juzgado, esto no fue así. El juzgado se habilitó el lunes 23 y yo el día 24 estuve con el hisopado y a la noche en el hospital. Esto demuestra cómo uno aplicaba el protocolo al llegar al domicilio, porque ni mi esposa ni ningún otro familiar dieron positivo”, afirmó.
El paciente recuperado negó haber tenido contacto directo con las personas alojadas en el centro Juan Pablo II al señalar que se manejaban en forma telefónica, por lo que su contagio, todavía es un misterio: “Fui una excepción a las medidas de cuidado que tomamos” insistió.
Temor generalizado
Ya más tranquilo, desde su estudio jurídico Iván analizó cómo fue recibida la noticia de su análisis positivo por el entorno vecinal e incluso sus colegas.
“En primer lugar fue un temor generalizado de los vecinos, el miedo al contagio. Fue difícil la situación porque convivo con mis padres, los vecinos se comunicaban con ellos, les planteaban cosas”, relató con tristeza.
En cuanto a las medidas que se tomaron en los juzgados, señaló que lo sorprendieron. “En ningún momento asistí a los juzgados y es fácil de comprobar con las cámaras de seguridad”, subrayó.
Confirmó que su única actividad fue en el Tribunal de Familia, donde un empleado, con todas las medidas de prevención necesarias, recibió el escrito que presentó y lo depositó en una caja por 48 horas, de acuerdo al protocolo vigente.
Futuro donante
Iván manifestó que está aguardando su turno para realizarse los estudios necesarios y ser donante de plasma, para pacientes que estén cursando la enfermedad.
“En el hospital Evita la atención fue excelente, todo el personal, médico, de enfermería, limpieza, no tengo más que palabras de agradecimiento hacia ellos”, subrayó el abogado y agregó que aun cursando la enfermedad se sentía tranquilo porque confiaba en el sistema sanitario de la provincia.