Enfatizan en tener al día las vacunas, más otros cuidados sencillos pero muy efectivos
Desde el Ministerio de Desarrollo Humano recuerdan que, durante los días frescos y fríos, propios de la estación invernal, las enfermedades respiratorias se presentan con mayor frecuencia; y si bien pueden afectar a cualquier persona, los niños y adultos mayores son los que presentan mayor riesgo frente a las consecuencias de estas patologías.
Desde la dirección de epidemiología de la cartera de salud provincial, señalan que las patologías respiratorias de mayor prevalencia en las personas de la tercera edad son las gripes agudas y las neumonías. Mientras que, en este momento, se suma el riesgo de COVID-19. “Estamos en un contexto de pandemia por esta enfermedad, que también tiene como población de riesgo a los adultos mayores”, apuntan.
Mencionaron, en tanto, que las patologías crónicas más usuales son la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), asma bronquial y bronquitis crónica, entre otras. “Los cuadros respiratorios” -explican- se deben a que los adultos mayores, poseen un sistema inmunológico debilitado; un pulmón menos elástico y con menor capacidad de entregar el oxígeno necesario, lo cual limita sus funciones.
Además, el reflejo de la tos es más lento y menos fuerte, lo que dificulta la eliminación de secreciones, más aún cuando son abundantes. Los músculos que participan en la respiración también son más débiles, y esto empeora cuando se exponen a los ambientes con bajas temperaturas, aumentando el riesgo de contraer infecciones respiratorias.
Los gérmenes, virus o bacterias ingresan al organismo del adulto mayor y se encuentran con mecanismos de defensa insuficientes para controlar el desarrollo de estos microorganismos, provocando con más facilidad una enfermedad respiratoria.
Prevención
“Sin embargo” –afirman- que estas afecciones que pueden ser desde leves a muy graves, y hasta inclusive causar la muerte de personas de esta edad, pero pueden evitarse “si se toman una serie de medidas básicas y fundamentales que apuntan a prevenirlas”.
En primer término, aconsejan la inmunización “por medio de las vacunas”. Al respecto, recuerdan que el calendario de vacunación vigente en nuestro país “incluye vacunas que son de aplicación completamente gratuitas, previenen enfermedades respiratorias” y “están destinadas a la población de riesgo, entre la cual se contempla a los adultos mayores”.
Por lo tanto, los mayores de 65 años deben recibir de manera anual las vacunas: antigripal -que se suministra en una dosis-, “disminuye las complicaciones de la gripe y reduce el riesgo de mortalidad”. Y la antineumocóccica -que debe aplicarse en dos dosis-, previene la neumonía causada por la bacteria neumococo, como también la meningitis, otitis, sinusitis y otras enfermedades causadas por dicha bacteria.
Por otra parte, aseguran que la vacunación “debe ser acompañada por otros cuidados esenciales”, entre los que remarcan el lavado de manos frecuente, taparse la boca al toser o estornudar, ventilar los ambientes de la casa y evitar en ellos la contaminación por productos químicos (aerosoles, espirales, monóxido de carbono y otros), entre otros.