Desde el mismo inicio de la gestión del actual gobernador, se trabajaó para despertar la conciencia en la administración del agua dulce, en el fortalecimiento cultural y el uso racional del ambiente, como herramientas esenciales para enfrentar los principales desafíos de los tiempos.
La ONU ha colocado al agua para el consumo humano en el contexto del “derecho humano a la alimentación”, vinculando íntimamente el agua con la lucha para vencer el hambre en la humanidad y de allí que desde el Modelo Formoseño el cuidado y la gestión del agua han sido un imperativo ético de justicia social y solidaridad, y no deberían ser sometidos a la voluntad y arbitrio de personas o grupos influyentes de poder.
Para garantizar esa visión el doctor Gildo Insfrán reafirmó que la planificación es la única garantía para mantener los objetivos y garantizar el uso eficiente de los recursos.
Como ejemplo de algunas obras, es importante subrayar que en referencia al uso para consumo humano, se realizaron perforaciones con éxito en la zona oeste en el marco del “Programa Esmeralda”, algunas, a cuencas de 400 metros de profundidad, como el caso del acuífero Terciario y otras de entre 25 y 40 metros en el acuífero Tuyuyú, donde gran parte de la población está integrada por comunidades aborígenes.
Sin embargo, la gestión magistral se vincula con el haber logrado crear conciencia local, nacional e internacional sobre el alto valor de los aportes del río Pilcomayo sintetizado en haber logrado que sus condóminos –Bolivia, Paraguay y Argentina- advirtieran que se imponía una acción agresiva para evitar que la cuenca inferior desapareciesen definitivamente al no haberse adoptado medidas para frenar el pertinaz proceso de retracción.
En el caso de Formosa, la no adopción de medidas urgentes hubiese significado condenar a la desertificación a media provincia, a la región ubicada al norte de la ruta nacional 81.
La visión de Insfrán fue mucho más allá: logró el apoyo nacional para construir el Canal Farías que facilitase el acceso de las aguas de desborde del río Pilcomayo en el contexto del Proyecto Pantalón acordado con Paraguay para certificar la partición igualitaria de los caudales, su canalización hacia el bañado La Estrella y finalmente la construcción de la Obra Hidrovial de la Ruta 28 que permitió sistematizar el proceso de distribución de agua dulce en todas las comunidades y localidades ubicadas en jurisdicción de las rutas nacionales 81 y 86.
Ese emprendimiento mostró su gravitación hace poco cuando en plena emergencia por la prolongada sequía- que derivó en la declaración de emergencia agropecuaria- se garantizó la llegada del aguas del Pilcomayo desde María Cristina- en el norte del departamento Ramón Lista- hasta la progresista localidad de Pirané.
DESDE EL CANAL FARIAS
Tras escurrir a lo largo de 680 kilómetros, desde el Canal Farías al norte del departamento Ramón Lista, las aguas de desborde del río Pilcomayo llegaron hasta la ciudad de Pirané para responder a la demanda de su población en un momento crítico ante la sequía prolongada por la falta de lluvias ausentes en toda la provincia desde hace muchos meses.
La comunidad piranense estaba expectante desde el mismo momento que el 27 de julio la solución había llegado hasta Palo Santo ya que fue el propio gobernador Gildo Insfrán quien les tranquilizó al anunciarles que el caudal continuaría su avance hasta allí para garantizar el consumo humano y para la producción agropecuaria de esa región del centro provincial.
Recordaba el mandatario que hace unos años, y a través de un video conferencia con la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, había tenido ocasión de inaugurar la moderna planta de agua potable.
Ahora, con el acto cumplido este sábado, llegó el agua que se vuelca en un reservorio de 38 hectáreas que garantizará desde ahora que los piranenses cuenten con agua por el término de un año, más allá de los vaivenes de la naturaleza.
No dejó de hacer notar que la ausencia o precariedad de precipitaciones se remonta a términos temporales que oscilan entre 10 y 14 meses razón por la cual se debió apelar a este sistema de canales comunicantes planificados en el contexto del Plan Estratégico de Manejo de Recursos Hídricos del Modelo Formoseño.
OBRA BINACIONAL
En ese caso, el vital líquido procede del bañado La Estrella, de 400.000 hectáreas de superficie, que lo transporta desde la zona del proyecto Pantalón que acordaron ejecutar en la década del 90 del siglo pasado la Argentina y Paraguay en su condición de condóminos del río Pilcomayo en su cauce inferior.
El canal paraguayo lleva el nombre de “ingeniero Ernesto Meyer” en homenaje a quien fuera un tesonero defensor de la causa del errático río como presidente de la Comisión Nacional del Pilcomayo y representante del Paraguay en la Comisión Binacional.
EL CANAL FARIAS
Insfrán aclaró que el nombre con el que se denomina al canal argentino construido en territorio formoseño, a la altura de María Cristina, no corresponde a ningún ingeniero ni profesional sino al baqueano wichí Gómez Farías quien fue el que les sugirió a los técnicos cual era el sitio adecuado en el que debía construirse la obra que permitió que por allí derivaran los caudales desbordados del Pilcomayo.
Esa obra fue supervisada por el actual gobernador en 1996 aunque un par de años antes, cuando se desempeñaba como vicegobernador, viajó a Asunción del Paraguay donde se realizaba la reunión de los Cancilleres de la Cuenca del Plata.
Insfrán logró una reunión conjunta con los cancilleres de Paraguay, Alexis Frutos Vaetsken y de Argentina, Guido Di Tella, a quienes le planteó la grave situación creada por el pertinaz retroceso del cauce por la copiosa acumulación de toneladas de sedimentos que ocurre tras cada creciente estacional y que provienen de sus nacientes en Tarija al precipitarse a la zona de llanura.
TRABAJOS URGENTES
Los dos cancilleres comprendieron el pedido y aprobaron una declaración por la que se comprometían a poner en marcha obras urgentes que permitiesen frenar la retracción y promover la distribución igualitaria de los caudales hacia ambas orillas.
Ello se logró en 1996 aunque por tratarse de un río internacional la situación en ese punto final al norte de Ramón Lista demandó constantes reuniones y pronunciamientos por parte de las delegaciones de la Argentina y el Paraguay.
Tras la firma del acuerdo en Asunción , Gildo Insfrán viajó hacia el punto extremo donde finalizaba el cauce del río, a la altura de María Cristina, donde abordó la tarea a emprender en un campamento de Vialidad Provincial.
La comisión binacional supo desde el principio la postura del mandatario local que Formosa en el sentido no pretendía para la provincia una sola gota más ni menos de lo que le corresponde para asegurar el consumo humano y la producción en las poblaciones ubicadas al norte de la ruta 81 que eran las que por entonces sufrirían un colapso gravísimo de haberse producirse la fuga del Pilcomayo de la región.
LABOR CONSTANTE
Desde la apertura del Canal Farías y luego de cada creciente estacional la provincia debió encarar permanentemente la limpieza de las correderas fluviales que son colmatadas por el sedimento así como fortalecer las defensas para que las riadas no damnifiquen a las comunidades de originarios y criollos de los departamentos Ramón Lista y parte del de Bermejo.
Con las correderas expeditas el agua llega al bañado La Estrella y escurren fluidamente hasta la obra hidrovial de la ruta 28 que fue concebida para garantizar la distribución hacia las obras hídricas concebidas para que el líquido llegue a las comunidades distribuidas a lo largo de las rutas 86 y 81.
En este último caso es que se encaró la planificación que acaba de alcanzar el objetivo original de garantizar el agua para las poblaciones desde Las Lomitas- hasta donde llega a través del canal Lisbel Rivira- y desde una obra partidora para que apelando a cauces artificiales y antiguos paleocauces hasta Pozo del Tigre, Estanislao del Campo, Ibarreta, Comandante Fontana, Bartolomé de las Casas, Palo Santo y finalmente Pirané.
La explicación brindada por Insfrán se debió al hecho que mucho se habla de la obra hidrovial de la ruta 28 para el aporte de agua para estos trabajos hidráulicos pero sin advertir que ese complejo de nada serviría si el bañado La Estrella no transportara el agua de los desbordes del Pilcomayo desde el Canal Farías.
Pero también para que se perciba el sinsentido de las expresiones reiteradas por la oposición que plantea interrogantes sobre un manejo de los recursos hídricos que tiene una historia registrada por la realidad.