Para brindar a las niñas y niños la información adecuada, basada en el conocimiento, el respeto, la comunicación y los cuidados
Como parte de las tantas actividades que lleva adelante el Gobierno de la provincia de Formosa, a través del trabajo articulado entre las áreas de salud y educación, se concretó una nueva instancia del taller “Conociendo Nuestro Cuerpo” para escolares primarios del oeste provincial.
En este caso, los destinatarios de la jornada educativa fueron las niñas y niños que asisten al 2do grado de la EPEP N°316, ubicada en la localidad El Potrillo, a unos 545 de la capital de la provincia.
El encuentro fue organizado por obstetras, enfermeros y otros colaboradores del equipo de salud del hospital de dicha localidad, quienes ofrecieron a los escolares una charla con láminas y materiales audiovisuales, acompañada por actividades prácticas que reforzaron el aprendizaje y la mejor comprensión de los mensajes.
Los profesionales promovieron la educación sexual integral y remarcaron la importancia que tiene para la salud “el cuidado del propio cuerpo y del cuerpo del otro” a través del conocimiento y del respeto; el desarrollo físico y la autoestima.
“Presentamos el tema y pasamos un video. Los chicos estuvieron muy atentos y se mostraron muy interesados. Luego hicimos unas actividades prácticas con láminas en las pizarras, donde los chicos pasaron a colocar los nombres de las partes del cuerpo, de acuerdo a lo que vieron en el audiovisual”, relataron.
Seguidamente, se hizo hincapié “en el respeto de las partes íntimas”, reiterando en todo momento que “nadie debe tocar nuestro cuerpo” y destacando que “no es bueno guardar secretos malos y que siempre debemos contarles a nuestros padres, a los médicos a los maestros o a las personas en quienes confiamos, cuando nos piden que guardemos secretos que nos hacen mal y nos lastiman”.
La educación sexual, desarrolla a la sexualidad como un aspecto natural de los seres humanos, que debe ser tratado con naturalidad, honestidad, respeto y cariño, y que debe promoverse en los niños desde las primeras etapas de la vida.
Al mismo tiempo, pone de relieve que los adultos los encargados de ofrecerles a los niños y adolescentes, las herramientas necesarias y la información correcta para que aprendan a cuidar su salud sexual, partiendo de la base de cuidar el propio cuerpo y el de los otros.
En ese sentido, los equipos de salud, instan a los padres y adultos responsables de los niños a “fomentar espacios de confianza y de comunicación”, para que siempre esté disponible la posibilidad “de preguntar, sacarse dudas, obtener información adecuada” que los ayude a aprender lo que es correcto y lo que no y, principalmente, “para que puedan contar, sin culpas, cualquier cosa que les suceda y que puede perjudicar su salud”.