Por el fallo de la CSJN, se debieron reforzar los equipos de acompañamiento y se sumaron voluntarios profesionales de la salud mental.
El administrador general del Instituto IAAPA, Marcelo Kremis, estuvo presente en la conferencia de prensa diaria del Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID 19 y expuso sobre el trabajo que se realiza, desde el Estado provincial, para la asistencia psicológica y cuidado de la salud mental de las personas alojadas en los centros de aislamiento preventivos.
“Desde abril de este año que comienza este Programa de Ingreso Ordenado y Administrado, que se constituye en una fenomenal barrera para frenar la epidemia y que demostró su efectividad, por eso la situación favorable que tenemos en la provincia y esto implica, como sabemos, que las personas al ingresar a la provincia tengan que transitar por un periodo de aislamiento por 14 días, donde son asistidas integralmente en todas sus necesidades”, contextualizó.
En ese marco, explicó que, desde la puesta en funcionamiento del dispositivo de ingreso, se constituyeron equipos interdisciplinarios del ministerio de Gobierno, Desarrollo Humano, del SETIC del ministerio de Cultura y Educación y el Instituto PAIPPA para atender a aquellas personas que están específicamente afectadas por consumos problemáticos y adicciones en el contexto de este aislamiento preventivo; y que “comenzaron a manifestar sintomatología de lo que comúnmente se conoce como síndrome de abstinencia”.
“En estos meses de trabajo se brindaron más de 6300 atenciones desde todos los organismos de la provincia que estamos trabajando para la atención de la salud mental y la contención psicológica de las personas en aislamiento”, detalló Kremis.
Además, el profesional expuso que una situación de aislamiento es “especial” y requiere de un “proceso de adaptación” que, al principio, es dificultoso y genera estrés, angustia y se manifiesta con síntomas de ansiedad.
“Esto es normal en todas las personas que ingresan a este sistema de aislamiento preventivo en las primeras 24 o 48 horas, es un tiempo de adaptación a esta nueva situación, con personas nuevas, que no están habituadas a convivir”, argumentó.
Y agregó: “A esto sumado una expectativa que genera angustia de saber qué va a pasar, porque hay todo un proceso de evaluación epidemiológico con los PCR que se realizan, los análisis para determinar que esa persona tiene o no el coronavirus”.
En ese marco, Kremis sostuvo que dicho escenario genera angustia pero que “es normal que así sea”, sobre todo hacia el final del aislamiento, con el último hisopado, esa angustia y ansiedad se incrementan.
“Esto la mayoría de las personas lo transitan, pero sin requerir ningún tipo de acompañamiento profesional específico, sino que naturalmente se van adecuando y sobrellevando. Pero si hay algunas personas que por sus características personas son más susceptibles a esta situación y si requieren ese acompañamiento y contención especializada”, indicó.
Ingreso Masivo
Por otro lado, el especialista contó que, a partir del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y la necesidad de un ingreso masivo al territorio en un plazo de tiempo muy breve, hizo que todos los esfuerzos se potencien y se sumen voluntarios militantes de la salud y la vida que son profesionales de la salud mental.
“Desde entonces, en este periodo del 25 de noviembre al 14 de diciembre, que fue el plazo para el ingreso masivo ordenado por la Corte, se asistieron a 102 personas en forma presencial y telefónica; y en total fueron 455 atenciones telefónicas y 39 presenciales”, precisó.
Y aclaró: “De estas 102 personas, sólo siete de ellas requirieron un tratamiento psicofarmacológico, es una atención psiquiátrica a través de medicamentos generalmente ansiolíticos, para poder sobrellevar mejor esa situación; y de esas siete, cuatro ya venían con tratamientos psiquiátricos previos, es decir que ya tenían una medicación indicada por diferentes problemáticas de salud”.
Kremis resaltó que ninguna persona debió ser hospitalizada por problemas de salud mental durante su aislamiento, es decir, que se pudo lograr una contención suficiente a través de los médicos, psicólogos y trabajadores sociales que trabajaron para ello.
Respecto a los diagnósticos, señaló que los más frecuentes fueron trastornos de ansiedad y angustia; esta última es subjetiva y la ansiedad es una manifestación objetiva de esa angustia, por lo que la persona está inquiera, padece insomnio, entre otros síntomas.
Luego, hubo quienes padecieron trastornos del sueño; síndromes de abstinencias por adicción al alcohol u otra droga; y ataques de pánico que son una forma de angustia muy exacerbada y la persona desconoce por qué y la emergencia de la angustia de forma desbordante.
También, las situaciones de duelo se hicieron presentes, que, según el responsable del área, se dan ante pérdidas.
“Muchas personas que ingresaron a la provincia lo hicieron para asistir a familiares con enfermedades graves o terminales o incluso que ya fallecieron y están transitando por el proceso de duelo y eso también fue acompañado y es acompañado por los profesionales y técnicos”, manifestó.
Por último, Kremis instó a las personas que deben atravesar por algún proceso de aislamiento a comprender el sentido que tienen las medidas sanitarias adoptadas por el Estado provincial; y dijo que el mismo es el cuidado.
“En la medida que dimensionamos, que podemos captar el significado de todo esto, esa angustia y ansiedad pueden ser sobrellevadas de la mejor manera”, concluyó.