El profesor Nelson González y las estudiantes Melina Ramirez y Jazmín Cantero, del ISFDCyT de El Espinillo, comentaron a la Agencia de Noticias Formosa, cómo un proyecto realizado en la institución educativa se convirtió en emprendimiento.
En este sentido, González contextualizó que en el marco de la política educativa que se lleva a cabo en la provincia de Formosa, desde el año 1996 se implementan las tecnicaturas, y que “la mayoría de ellas tiene que ver con la producción e industrialización”.
Asimismo, señaló que se realizan trabajos de manera coordinada con los diferentes organismos nacionales o provinciales, “como el INTA, el PAIPPA, Ministerio de Producción y Ambiente, etc; y en ese contexto, podemos decir orgullosamente hoy que el 50% del plantel del CEDEVA (Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias) son técnicos egresados de establecimientos educativos de nuestro interior provincial”.
En lo que respecta al Instituto de Formación Docente de El Espinillo, comentó que en “Prácticas Profesionalizantes se enseña al estudiante a saber hacer”, por lo que desde hace unos dos años trabajan en tres proyectos: “Un acompañamiento y fortalecimiento de las ferias francas que funcionan en la localidad; un segundo proyecto, que es de fortalecimiento del turismo interno, en el que creamos un circuito turístico que incluye navegación del riacho El Porteño y avistaje de aves; y como tercer proyecto, el helado de mandioca”.
Helado de Mandioca
En este contexto, las estudiantes explicaron que ellas debían gestionar y llevar a cabo un proyecto con agregado de valor que genere un impacto en la comunidad; de ahí surge la novedosa receta.
“Fue por iniciativa propia, fuimos mejorando, hacíamos degustaciones y encuestas, vimos qué fue gustando más o menos y claro que queremos seguir mejorando nuestro producto”, afirmaron.
Por su parte, Melina Ramírez indicó que “no es necesario que nos vayamos del pueblo para crecer, podemos hacer algo novedoso como técnicas con ingredientes de nuestra tierra y productos que se pueden encontrar en el súper”.
“Agradecemos el equipo industrial que nos facilitó un vecino de la localidad -propietario de una heladería artesanal- que nos ayudó a mejorar nuestro producto”, agregó.
Sobre el final, González valoró que como docentes “es gratificante verlos generar por iniciativa propia emprendimientos que potencien el desarrollo local y la economía social de la comunidad”.