Si prospera el acuerdo, la Sinopharm llegaría al país los últimos diez días de enero, trasladada por un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
El Gobierno nacional define los últimos detalles de la compra de otro lote importante de vacunas, las producidas por la compañía farmacéutica estatal china Sinopharm, que ya fue probada con éxito en el país en más de 3.000 voluntarios.
La vacuna de la también conocida como China National Biotech Group, la empresa más grande de su rubro en ese país, se espera para los últimos diez días de enero, trasladada por un vuelo de Aerolíneas Argentinas, según revelaron a Télam fuentes que conocen la negociación.
La operación de compra podría alcanzar el millón de dosis, una cantidad muy importante que requerirá acondicionar especialmente el avión de Aerolíneas que transporte las vacunas a través de la ruta Buenos Aires-Beijing.
Inicialmente, el viaje está programado para el 20 de enero, dijeron a Télam fuentes oficiales, que explicaron que el vuelo deberá contar con una serie de autorizaciones muy rígidas debido al fuerte control de la actividad aerocomercial en la capital china desde el inicio de la pandemia.
El avance de la negociación con Sinopharm se produjo luego de un intercambio epistolar entre el presidente Alberto Fernández y el mandatario de China, Xi Jinping. En uno de los tramos de la carta dirigida al presidente, el jefe de Estado chino subrayó la disposición de su país para reforzar la cooperación con Argentina en la aplicación de vacunas contra la Covid-19, según publicó el lunes la agencia de noticias oficial del país asiático, Xinhua.
El jueves, desde el Instituto Malbrán, el ministro de Salud, Ginés González García, informó públicamente sobre el estado de las conversaciones con Sinopharm. «Estamos negociando con China un millón de dosis para enero y (también) con Brasil, que está produciendo otra de las vacunas de desarrollo chino», en alusión a las vacunas del laboratorio chino, Sinovac, que se fabrican en Brasil.
La vacuna desarrollada por Sinopharm, es identificada por las siglas BBIBP-CorV y funciona a partir de una versión inactivada del coronavirus. En comparación con otras inmunizaciones tiene una particularidad que podría ser considerada una ventaja logística: para su almacenamiento, conservación y transporte requiere temperaturas de 2 a 8 grados, condiciones que puede suministrar una heladera común.
Por otro lado, los ensayos clínicos de fase 3 de la vacuna creada por el Sinopharm Group se desarrollaron al mismo tiempo en Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Marruecos, Serbia, Jordania, Perú, Pakistán y también en la Argentina.
A principios de diciembre, la vacuna de origen chino fue aprobada y registrada en los Emiratos Árabes Unidos (EUA) en el marco de los estudios de tercera fase en ese país, y el ministerio de Salud de esa nación informó que había demostrado «una eficacia del 86%» y avaló el inicio de una inmunización masiva.
En la Argentina, los ensayos de la vacuna de Sinopharm contaron con 3.008 voluntarios que participaron de lo que se llama «estudio aleatorizado», es decir que reciben vacuna o placebo por azar, sin que el voluntario o el equipo investigador lo sepan al momento de la inoculación.
Estos ensayos corrieron por cuenta de la red Vacunar y la Fundación Huésped, asociados al laboratorio ELEA como patrocinador local, empresa que forma parte del Grupo Insud del empresario Hugo Sigman.
En relación a esas pruebas, el médico especializado Pedro Cahn, de la Fundación Huésped, aseguró a Télam que los estudios de la vacuna de Sinopharm con voluntarios argentinos se mostraron «extremadamente seguros».
«Hasta ahora no hemos visto efectos adversos serios que estén vinculados a la vacuna. Solo registramos los efectos adversos simples que se dan en todas las vacunaciones, como dolor en el sitio de inyección, febrícula o una sensación de estado gripal que dura menos de 24 horas», detalló.
Además, el infectólogo y director científico de la Fundación Huésped contó que la entidad está coordinando el ensayo médico de una segunda vacuna contra la Covid-19 desarrollada por una empresa china, aunque en este caso asociada con el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, de allí el nombre CanSino Biologics, que funciona a partir de «una plataforma de adenovirus idéntica al de la segunda dosis de la vacuna creada por el Instituto Gamaleya», en alusión a la Sputnik de Rusia.
En la Argentina, la aprobación de emergencia de la vacuna de Sinopharm, dado el contexto de pandemia, podría concretarse en los próximos días, pero la validación oficial dependerá de la forma en que se concrete la compra del millón de dosis.
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