El Ministerio de Desarrollo Humano provincial recuerda que una alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana. La alimentación variada asegura la incorporación y aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir saludablemente.
Una alimentación correcta, variada, completa y equilibrada, permite por un lado que nuestro cuerpo funcione con normalidad, es decir que cubra nuestras necesidades biológicas básicas, ya que necesitamos comer para poder vivir.
Por otro lado, previene o al menos reduce, el riesgo de padecer ciertas alteraciones o enfermedades a corto o a largo plazo.
Alimentarse saludablemente, además de mejorar la calidad de vida en todas las edades, ha demostrado prevenir el desarrollo de enfermedades como: obesidad, diabetes, enfermedades cardio y cerebrovasculares, hipertensión arterial, osteoporosis, anemia e Infecciones, entre otras.
Distribuir y combinar alimentos
Para comer sano se recomienda distribuir los alimentos en cuatro comidas principales y dos colaciones –que pueden ser frutas o yogurt-. Comenzar el día con un buen desayuno es un hábito muy saludable, como también tomar leche líquida que puede ser incluida en postres, helados, salsas blancas, purés y otras comidas. Todos los lácteos son recomendables, especialmente los descremados.
Se debe asimismo, moderar el tamaño de las porciones, consumir por día dos frutas y tres porciones de verduras de todo tipo y color, preferentemente crudas. Es decir que se recomiendan principalmente las frutas y verduras frescas de estación. En el caso de que sean cocidas, la cocción debe hacerse preferentemente con cáscara y en trozos grandes, al vapor o al horno. Si son hervidas deben hacerse en poco agua.
En el almuerzo y en la cena, se deben incluir verduras en la mitad del plato y comer de postre una fruta; incorporar también legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas. Son preferibles los cereales integrales antes que los refinados, aunque esto depende de la dieta particular de cada persona.
Es igualmente necesario, beber mucha agua durante todo el día –como mínimo de dos a tres litros, jugos de frutas naturales, infusiones, caldos desgrasados, evitando la ingesta de gaseosas, jugos artificiales y bebidas alcohólicas. En nuestra zona y en la época de verano que registra altas temperaturas, la hidratación es una medida primordial que debe acentuarse.