El diputado provincial Roberto Vizcaíno señaló que desde el gobierno provincial en colaboración con las comunidades aborígenes se está controlando el brote de coronavirus surgido en el oeste del territorio formoseño. Al mismo tiempo sostuvo que “Formosa, mal que les pese y duela a propios y extraños, vive en concordia y armonía de culturas y etnias”.
Consideró el legislador que la provincia de Formosa está llevando adelante medidas de contención y prevención que han demostrado ser sumamente eficaces para contener la pandemia que está asolando al mundo. La estrategia sanitaria implementada en todo el territorio ha permitido tener buenos resultados, mas aun si lo comparamos con el promedio nacional, siendo la provincia con los mejores indicadores de todo el país, sólo comparables con algunos pocos países del mundo.
En este contexto, resaltó que la Provincia de Formosa ha decidido aplicar una política sanitaria para todo el territorio provincial, sin embargo, esa política no se ha mantenido ajena a las realidades particulares de cada localidad o comunidad.
Por ello, el sistema de salud fue adaptándose cada vez que percibió que la estrategia sanitaria afectaba la vida desde ángulos que no se relacionaban directamente con el COVID-19. “En Formosa, en base a una visión holística e integral del ser humano y de la salud, se desarrolla un sistema plural de atención que contempla cabalmente nuestra diversidad étnica y cultural” argumentó.
Señaló que “La cultura es determinante en el proceso salud-enfermedad. Moldea el comportamiento, modos de vida y hábitos de las personas que son decisivas a la hora de predisponer o no, a determinadas afecciones. Asimismo, las prácticas culturales definen una cosmovisión, una manera de interactuar con el medio ambiente, y forja formas particulares de entender y afrontar los problemas de salud y su desarrollo”.
Dijo además que en todas las acciones del Proyecto Provincial en marcha se evidencia el reconocimiento y respeto de las diferentes culturas y etnias que enriquecen nuestro pueblo y que la integración cultural y afectiva ha sido uno de los primeros desafíos emprendidos por el Modelo Formoseño.
“El Modelo Formoseño ha transformado para siempre la fisonomía de nuestra provincia, cambiando el destino de todos los formoseños. Esos avances en la calidad de vida, con escuelas, caminos, centros de salud y hospitales, comunicaciones digitales, viviendas, energía eléctrica y acceso al agua potable entre otras, ha sido bisagra en la historia de los pueblos originarios de nuestra provincia, dejando atrás décadas de postergación y olvido de sus comunidades. Esto es una realidad incontrastable que se vive en cada rincón de la provincia y que el pueblo aborigen valora y defiende” enfatizó.
La pandemia, un desafío
“La Pandemia ha sido un desafío para todas las sociedades del mundo. En Formosa, desde la premisa de pluriculturalidad y multietnicidad hemos desarrollado acciones excepcionales tomadas por el Gobierno de Formosa que lograron tener éxito por contar con una infraestructura y organización territorial previa a la pandemia, que permitió no solo la adaptación de las medidas sanitarias a los contextos específicos, sino que también demostró el compromiso de la inmensa mayoría de la población con la Salud” explicó Vizcaíno.
Dijo que ahora, algunos “desde oscuros y mezquinos intereses, pretenden generar discordia y presentar a nuestros hermanos originarios como objeto de desprotección y desamparo. Nada más alejado de la realidad” y explicó que “ El importante brote que hemos tenido en el oeste formoseño está siendo controlado con la participación protagónica en el diseño y en las decisiones de las comunidades aborígenes, pueblos que hacen del cuidado de la salud y de la solidaridad una forma de vida. Todo con el pueblo. Nada sin él. Hemos adaptado las recomendaciones científicas y epidemiológicas a la cultura ancestral de las comunidades originarias, y la estamos desenvolviendo con éxito”.
Fue claro en señalar que “Formosa, mal que les pese y duela a propios y extraños, vive en concordia y armonía de culturas y etnias. El progreso le alcanza de manera equitativa a todos y todas. El manejo de la pandemia no ha sido la excepción. Las comunidades originarias sienten la cercanía y el cuidado igualitario por parte de un gobierno que los reconoce como sujeto de su propio devenir”.
“El comportamiento de sus verdaderos caciques, pastores, autoridades institucionales y miembros ha sido ejemplar. Intentar tergiversar esta realidad palpable y medible es mentir. Es mentir a sabiendas por una oposición vernácula que inexplicablemente se ha puesto en la vereda de enfrente del esfuerzo mancomunado de un pueblo unido, solidario y organizado, y es mentir desde la incapacidad de comprender e ignorancia supina de la realidad, por parte de algunos medios nacionales. Que quede claro, el pueblo formoseño no está dispuesto a rendirse ante la adversidad” enfatizó finalmente.