Cada año, en esta fecha, se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil, a fin de recordar a los niños afectados por esta enfermedad, sensibilizar y concientizar a la comunidad respecto de la importancia de un acceso rápido al diagnóstico y tratamiento adecuado, que permitan brindar una mejor atención y calidad de vida a los menores de 18 años que lo padecen.
El Ministerio de Desarrollo Humano recuerda que la detección precoz es clave, ya que, además de mejorar las posibilidades de curación, bajan los riesgos derivados de tratamientos invasivos.
El cáncer es la segunda causa de muerte en los niños de 6 a 12 años, después de las ocasionadas por accidentes, que en la mayoría de los casos, pueden prevenirse. Sin embargo, el cáncer infantil tiene connotaciones causales, preponderantemente genéticas que hasta la actualidad no pueden evitarse.
Sin embargo, detectado a tiempo, tiene altos índices de curación. En ese sentido, la primera recomendación, es que los padres o los adultos a cargo, estén atentos a los cambios de la salud de los chicos, teniendo en cuenta que, en muchos casos, puede parecer a otra enfermedad, como por ejemplo: parasitosis, anemia por carencias nutricionales, migraña, infección, o dolor atribuido a un golpe o a la etapa de crecimiento.
Pero éstas, muchas veces, son las señales de alarma del cáncer en la infancia y la adolescencia. La aparición de uno o más de estos signos en los últimos tres meses, da cuentas de una alerta que requiere la evaluación y el diagnóstico oportuno.
Atención
Fiebre elevada e inespecífica, sudoración abundante por las noches, sangrado nasal sin causa aparente, dolor de huesos y/o articulaciones, palidez, fatiga y cansancio, vómito, sangrado de encías, mareo constante, supuración en oídos, aparición espontánea de moretones.
Aparición de puntos o manchas rojas; aparición de bolitas en cuello, axilas o ingle; pérdida del equilibrio; tropiezos o caídas frecuentes; crecimiento inusual y rápido del abdomen; pérdida de peso repentina y sin causa aparente; aparición de puntos blancos en uno o ambos ojos, que da la apariencia de ojo de gato, son algunos de las señales a las que debemos estar atentos y acudir de inmediato a la consulta médica.
El cáncer en los niños aunque de evolución más rápida que en el adulto, no se desarrolla de un día para otro, y tiene en la gran mayoría de los casos signos y síntomas que se van presentando en el transcurso de meses o semanas, los cuales, muchas veces, pasan desapercibidos porque se confunden con otras enfermedades y, sobre todo, por el temor que significa la sola idea de esta enfermedad en un niño. Pero ante el miedo, lo peor es paralizarse. Es fundamental estar atentos y solicitar la consulta para la correspondiente evaluación médica.
Acompañamiento
Asimismo, debemos tener en cuenta la necesidad de apoyar, muy especialmente, a las familias que tienen niños con cáncer, para brindarles acompañamiento y contención emocional durante el tratamiento, dado que el diagnostico coloca al límite emocional al niño y su entorno familiar.
“Acompañar a la familia desde la contención, la esperanza, la adecuada toma de conciencia en el cuidado antes, durante y luego del tratamiento, reiterándolos las veces que sea necesario, para lograr la seguridad y la calma que requieren alcanzar un ambiente de contención para el niño enfermo”, es el mensaje de los especialistas.
Los psicólogos promueven el diálogo con los niños o adolescentes explicándole lo que le pasa, los procedimientos y los cambios, con términos que pueda entender. “También hay que tratar de evitarles siempre el dolor, favorecer una rápida reinserción escolar, promover la reunión con amigos y que puedan mantener la comunicación con los demás niños y/o jóvenes, para evitarles el aislamiento. Los cambios de conducta que se pueden producir en el paciente deben comprenderse y tratar de superarse a través del afecto”.