Fomentando la procreación responsable por medio del uso de métodos anticonceptivos gratuitos
Con traducción al idioma wichí, las familias que se encuentran cumpliendo el periodo de aislamiento en el Centro de Atención Sanitaria (CAS), que funciona en la escuela 438 de Ingeniero Juárez, participaron de una charla informativa desde la que se promovieron los múltiples cuidados para la buena salud sexual.
Entre los temas abordados, se puso mayor énfasis en la concientización del uso del preservativo, más otros métodos anticonceptivos gratuitos que se encuentran disponibles desde la salud pública, la procreación responsable y la planificación familiar.
La charla, fue organizada por el equipo de obstetricia y otros profesionales del centro de salud del barrio Obrero de la dicha localidad, quienes están a cargo del monitoreo diario que se realiza a los pacientes alojados en el CAS.
El equipo de salud hizo mención a que los temas tratados en el encuentro “están relacionados unos con otros”, señalando que “todos contribuyen a la buena salud sexual” y, que si bien, “tienen como clave el cuidado de la salud integral de la mujer”, también cuida de la salud de los hombres y de toda la familia.
En este marco, hablaron del uso de los métodos anticonceptivos, destacando entre ellos el uso del preservativo, no solo porque es efectivo en la prevención de los embarazos no planificados, sino porque “actualmente” es el método “más efectivo para la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, conocidas como (ETS)”.
Igualmente se difundieron los demás métodos anticonceptivos como: pastillas, inyecciones, dispositivos intrauterinos (DIU), implantes subdérmicos y otros que “quedan a elección de cada mujer y que se ajustan a sus condiciones de salud, de acuerdo a las evaluaciones obstétricas”, remarcando que son “gratuitos y sin ningún costo”.
Detallaron, seguidamente, el rol que tienen los anticonceptivos en la planificación familiar y la procreación responsable, porque ayudan a “evitar los embarazos no planificados, sobre todo en las mujeres muy jóvenes”.
“Permiten que los embarazos puedan programarse espaciadamente, para cuidar así la salud de las mujeres, ya que se necesita dejar pasar, al menos 2 años, para recuperarse adecuadamente entre un embarazo y otro”. Y al mismo tiempo, este periodo hace posible un mejor cuidado del niño en los primeros años de vida”, añadieron.