El 26 marzo, de cada año, se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello de Útero, con el fin de concientizar e informar a la comunidad y a las mujeres en especial, sobre la importancia que tienen los controles ginecológicos para detectar tempranamente la enfermedad; como también de aplicar la vacuna contra el HPV, medida principal de prevención.
El cáncer de cuello de útero se produce por un crecimiento anormal de las células en esta zona, causado por algunos tipos de HPV (Virus de Papiloma Humano), un virus muy común que afecta tanto a varones como a mujeres y se transmite por contacto sexual.
Se estima que el 80% de las personas se contagian al menos una vez en algún momento de su vida, y si bien el organismo, la mayoría de las veces, resuelve solo esta infección, cuando esto no sucede, se producen infecciones persistentes que pueden provocar lesiones con el paso del tiempo.
El periodo estimado, desde que se produce una lesión hasta que se desarrolla este cáncer, es de entre 10 y 20 años. Por este motivo, la enfermedad se considera altamente prevenible. Además, detectado en forma temprana, tiene más del 90% de posibilidades de cura, según reportan los especialistas.
Prevención
El Calendario de Vacunación Nacional de la Argentina cuenta con la vacuna destinada a la prevención del HPV, la cual inmuniza contra los genotipos más frecuentes que causan más del 90% de las verrugas genitales y el 80% de las infecciones persistentes que evolucionan a cánceres de cuello de útero.
La aplicación de la vacuna es gratuita y obligatoria. Debe suministrarse a las niñas y niños de 11 años, con un esquema de dos dosis establecido de la siguiente manera: la primera aplicación y la segunda a los 6 meses de la primera.
La vacuna está disponible en todos los centros de salud y hospitales públicos de la provincia de Formosa y para que alcance su mayor efectividad, debe ser aplicada en los tiempos y formas determinados por el calendario, cumpliendo con el esquema completo indicado.
Detección temprana
Cabe resaltarse que la vacuna no reemplaza los estudios de detección temprana, los cuales resultan fundamentales para el diagnóstico y el tratamiento oportuno ya que aumenten las probabilidades de cura y de sobrevida de la paciente.
En este marco, el sistema público de salud provincial, tiene disponible el estudio de Papanicolaou (PAP). Es una prueba, a la que se puede acceder de manera gratuita, sin ningún costo. Se hace en todos los hospitales y centros de salud públicos de la provincia.
Se recomienda que lo realicen de manera anual las mujeres de entre 35 y 64 años “porque es la franja etario de mayor incidencia de lesiones”, explicó la licenciada en obstetricia Mónica Tibiletti, referente del Programa de Maternidad e Infancia del Ministerio de Desarrollo Humano. .
Consiste en la toma de una muestra extraída del cuello del útero. Es sencillo, no causa dolor; es rápido, solo dura unos minutos y es muy efectivo para la detección de lesiones o posibles lesiones que el virus HPV ocasione en la zona.
El riesgo de desarrollar cáncer de cuello de útero aumenta con la edad y es mayor en las mujeres de más de 50 años, por eso es importante que las mujeres después de la menopausia se realicen el estudio.
Respecto a la importancia de que las mujeres cumplan cada año con el estudio de PAP, Tibiletti resaltó que, si bien está recomendado hacerlo entre los 35 y 64 años “deberían hacerlo a partir de que se inician las relaciones sexuales”.
Agregó que “no debería pasar más de 3 años, desde se inician las relaciones sexuales para hacerse el PAP”, aclarando que esta sugerencia se basa “en el hecho de que la lesión causada por el HPV, puede llegar a manifestarse 10 años después del contagio”. Por lo tanto es necesario “empezar con el estudio ni bien se mantienen las primeras relaciones sexuales”, insistió.