Micaela Martínez, miembro del equipo técnico de la Dirección de Asuntos Estratégicos de la provincia de Formosa, conocedora de la realidad de las mujeres originarias, repudió “el recorte sesgado” de un informe periodístico realizado desde el centralismo porteño que desconoce por completo “el proceso sumamente formoseño, territorial, político, que llevó un montón de tiempo construir”.
En este sentido, la joven comentó que a través del Programa de Artesanías se pudo acercar el equipo técnico para “tratar otros temas, conversar y registrar procesos diferentes dentro de la provincia”, oportunidad en la que se resaltó la importancia de la Ley N° 426, pionera en el país, la cual garantiza que las mujeres indígenas se realicen en su propia comunidad.
“Antes de la Ley Integral del Aborígen – si comparamos la trayectoria de una mujer de 30 años con la de su abuela- notamos que, mientras su abuela había tenido ocho hijos y perdido cuatro o cinco; la mujer post política pública, la de 30 años -que si bien fue madre a los 16 o 17 años- lo hizo en otras condiciones, por decisión propia, con sus estudios, pensado otros horizontes. No es que las chicas tienen hijos porque no tienen otro horizonte o que la maternidad es forzada, no. Hay un deseo real y una planificación sobre qué quieren para su vida y ese es un proceso que tiene que ver con la educación, con la información. Con un proceso de producción intercultural que se fue dando del cual, esta fotografía momentánea de TN no da cuenta”, subrayó Martínez.
En el mismo orden, reflexionó que “estas clases de noticias sensacionalistas invisibilizan a la mujer, a toda su historia”.
Señaló además que en la provincia se llevaron a cabo “cambios enormes”, como también reconocer que hay decisiones tomadas por las mujeres, “debemos y deben entender que una vez que la persona tiene la información, esa persona puede decidir y que esa decisión debe ser respetada, nos guste o no al resto”.
Por último, Martinez indicó que «pensar en esta fotografía armada –porque era una escena teatral- montada desde una visión centralista porteña, que se cree capaz de interpretar un proceso sumamente formoseño, territorial y político, también es una invitación a recordar todo el camino recorrido por los y las formoseñas para no dejarnos engañar con escenas e interpretaciones que cuanto menos, son maliciosas».