El Senado dio sanción definitiva a la Ley que corre por única vez la realización de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para el 12 de septiembre y de los comicios generales de medio término al 14 de noviembre, como consecuencia de la pandemia de Covid-19. Además, los senadores aprobaron la modificación del Impuesto a las Ganancias para empresas, con la cual el gobierno busca beneficiar a las pequeñas y medianas empresas y hacer un sistema tributario más justo.
Durante la sesión de este martes la ley que posterga el calendario electoral fue aprobada sin debate, dado el alto grado de consenso obtenido entre las distintas fuerzas políticas. Mientras, la reforma de Ganancias fue seguida, desde las gradas, por el ministro de Economía, Marín Guzmán.
También, el Cuerpo sancionó la ley de Fortalecimiento del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios, y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 334/21, que establece parámetros objetivos para determinar restricciones de circulación y de actividades, ante el incremento de contagios de Covid-19.
Reforma del Impuesto a las Ganancias para las Empresas
La vicepresidenta del bloque FdT, Anabel Fernández Sagasti, respaldó la reforma del impuesto a las Ganancias para empresas y dijo que con esta sanción “estamos dando un paso para la sostenibilidad de nuestra economía“. Afirmó´que la norma busca “consolidar el sistema tributario y que sea más justo”. “Esta ley traerá alivio a la inmensa mayoría de la empresas argentinas y tendrá impacto tributario en una enorme minoría, hablamos del 1 por ciento de las empresas argentinas”, apuntó.
Tras reseñar que la reforma se produce en el contexto de una pandemia mundial que tiene efectos económicos y sanitarios en todo el planeta, recordó que “las pequeñas y medianas empresas han sentido con mayor impacto la caída de su actividad”.
Consignó que las pymes representan el 80 por ciento del empleo genuino en el país y que el beneficio otorgado se basa en la idea general de recuperación paulatina de la economía nacional y en equilibrar las cuentas fiscales.
Y se pronunció por la aplicación de políticas que vayan en el sentido de “la generación de empleo y fortalecimiento del aparato productivo”. También, reivindicó el papel de “la inversión privada y la inversión pública” en la creación de nuevos puestos de trabajo.
“Nosotros sabemos qué Estado queremos. Queremos un Estado Nacional que tenga ministerio de Salud, que brinde un servicio de justicia genuino y confiable”, disparó la mendocina. “Queremos atención médica para los ciudadanos y ciudadanas argentinos, vivan en donde vivan”, añadió al responder críticas opositoras. Y prosiguió: “Queremos tener ministerio en Ciencia y Tecnología y que se invierta en ciencia y tecnología”, en clara alusión a la eliminación de varios ministerios decididos por el gobierno anterior.
En tanto, le recordó a la oposición macrista que “ya se probó, en los cuatro años anteriores, lo que, dicen, se tiene que hacer en la República Argentina”. “Se probó y destruyeron todo. Pedimos que que nos dejen probar con la justicia distributiva”, apuró la senadora cuyana. E interpeló: “¿O ustedes dónde creen que va a caer el peso de la deuda pública que le dejaron a la República Argentina?”. Y reseñó que, con las políticas aplicadas entre 2015 y 2019, el país sufrió la baja del 1 por ciento en recaudación y del PBI y muy lejos estuvo el país de recibir lluvia de inversiones como se había prometido en campaña.
“Lo probaron y no resultó. Su teoría ortodoxa de la economía fracasó. El PBI cayó, una la inflación del 290 por ciento, se perdieron 290 mil puestos de trabajo, y nos vuelven a pedir que apliquemos esa política de nuevo al pueblo argentino”, se quejó, e insistió: “Fracasó no cobrarle impuestos a los ricos; y no vinieron las lluvias de inversiones”.
Además, remarcó que “las pymes son las que más posibilidades tienen de generar empleo genuino, y están en todo el territorio argentino”. A la vez, le reclamó a la oposición de Juntos por el Cambio que digan qué intereses reales representan. “Escuché a algunos senadores y no sé si se están representando a ellos mismos, porque no quieren pagar más impuestos, o a su partido político”, desafió.
El presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Caserio, defendió la reforma de Ganancias, y planteó que “por primera vez, en esta ley, el impuesto que se aplica será un impuesto progresivo”. Es decir, que “paga más quien tiene mayor capacidad económica”.
La norma, explicó Caserio, establece “tres escalas” por la cual pagan:“el 25 por ciento, las empresas con ganancia hasta 5 millones de pesos anuales; el 30 por ciento, las empresas que facturen entre 5 a 50 millones de pesos anuales; y el 35 por ciento, las compañías que tenga una ganancia superior a los 50 millones de pesos anuales”.
“Esta es una ley que trae alivio a los que quieren crecer y luchan por sobrevivir, y trae un pedido de contribución a los que ganan mucha plata en la Argentina”, aseguró el cordobés.
Indicó, además, que la norma busca “cuidar a las pequeñas y medianas empresas y carga sobre las grandes empresas argentinas”. E insistió: “No es ningún castigo para las grandes empresas, sino es simplemente un impuesto progresivo: quien más gana, más paga”.
Luego, aclaró que “las grandes empresas son las grandes ganadoras, y es muy bueno tener grandes empresas, pero, como en todos los países del mundo, son las que más pagan”.
A su turno, el presidente de la comisión de Justicia y Asuntos Penales, Oscar Parrilli, recordó el “descalabro” dejado por la administración macrista, y sostuvo que, en los principales países del mundo y organismos como la OCDE, “antes de la pandemia, ya se venía hablando de gravar con mayores impuestos a las mayores rentas, a las mayores empresas, a las mayores ganancias”.
Y eso, según indicó, fue como consecuencia de las distintas protestas y quejas “en contra de la concentración de la riqueza” que se venía dando a nivel mundial.
De hecho, señaló que “ese modelo, que se venía instaurando, hizo que el 1 por ciento de la población mundial se quedara con más del 90 por ciento de la riqueza del mundo y que, además, generó mayor pobreza, incluso en Europa”.
Recordó que “además vino la pandemia, y comenzaron a caerse una serie de mitos sobre los males de la economía”, y puso como ejemplo que, “entre el 2003 y el 2015, en nuestro gobierno, la inversión promedio real efectiva era del 20 al 22 por ciento del PBI, y durante todo ese tiempo hubo aumento de impuesto a las ganancias, y, si embargo, ningún empresario se asustó por eso”.