Antonio “Tito” Policastro es un vecino de Formosa de 84 años que pudo vencer al COVID-19. Con gran emotividad, relató cómo transitó la enfermedad que cambió para siempre al mundo en el año 2020.
En declaraciones a AGENFOR, manifestó que “en la primera quincena de mayo tenía mucha tos y catarro”, lo que después derivó en una neumonía grave bilateral por COVID-19.
Debido a ese cuadro, “en la noche del día 15 me encuentro arriba de la ambulancia porque había llamado mi hija. No me acuerdo de nada, pero mi esposa me contó que estuve todo morado. Me llevaron al Hospital Central, donde me atendieron muy, muy bien”.
Contó que en dicho nosocomio estuvo internado hasta el día 30. “Gracias a la atención extremadamente buena que me dieron, la profesionalidad y la solidaridad de médicos y enfermeros, recibí el alta”, dijo.
Además, indicó que en su momento fue vacunado contra el COVID-19. “Siempre tuve confianza en la vacuna, soy una persona que todos los años me vacuno contra la gripe y lo que me corresponda porque estoy operado de pancreatitis, no tengo bazo, o sea que no poseo defensas”, comentó.
Emocionado, no dudó en afirmar que “nací de nuevo gracias a muchas cosas, entre ellas la vacuna, además de usar el barbijo y aislarme”, marcando que prosigue respetando todas las medidas de cuidado personal.
Valoró aquí también “la atención que tuve, que fue muy buena, realmente no me puedo quejar de nada”.
En ese sentido, aprovechó la ocasión para decirle a la ciudadanía que “piensen, pongan una mano en el corazón y no sean reacios” porque cuando “hablamos de la salud se trata de la vida de las personas”.
“No se puede poner en riesgo tu vida y las de tus seres queridos por pequeños intereses que te puedan favorecer en el momento”, aseveró, ya que “por sobre todas las cosas, primero está la vida”.
Entre lágrimas, acotó: “Pienso en que estoy vivo y no lo creo. ¿Cómo he vivido otra vez? Ya me dieron tres veces por muerto, esta es la cuarta vez que me estoy salvando, así que tengo mucho para agradecer”.
Siguiendo con su testimonio, refirió que “no soy formoseño, vine a Formosa en el año ’76 desde Buenos Aires con mi esposa que es paraguaya naturalizada. Tengo hijos y nietos formoseños y soy un agradecido a esta provincia. ¡Le tengo que dar gracias a Formosa!”, exclamó emocionado.
“Realmente no tendría tiempo para agradecerle todo lo que le debo a Formosa –destacó-. Al Gobierno, al doctor Gildo Insfrán y a todo su equipo, porque veo que trabajan y se ocupan de la gente”
Por ello, pidió “dejar a un costado las apetencias personales” porque “hoy tenemos que luchar por tener vida en Formosa”, ya que “sin vida no podemos progresar”, concluyó.