Los responsables son el rector y el decano de esa Facultad, advirtieron. “Lo que se buscaba era impedir que el claustro docente se exprese democráticamente”, instancia que finalmente se pudo dar en el CPCEF.
Ante las agresiones violentas ocurridas en la mañana del martes 24 en la Universidad Nacional de Formosa (UNaF), la docente de la Facultad de Humanidades Soraya Saguier responsabilizó por los graves episodios al rector Augusto Parmetler y el decano José Luis Guillen, por amparar a “un grupo de gente que de manera delictiva impidió el acceso a la Facultad de Ciencias de la Salud”.
En dicha unidad académica se debían desarrollar los comicios del claustro docente, que finalmente se hicieron en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Formosa (CPCEF) para salvaguardar la integridad física de los trabajadores de la Universidad.
En primera instancia, relató a la Agencia de Noticias Formosa (AGENFOR) cómo sucedieron los graves y lamentables episodios e indicó: “Los docentes de las cuatro unidades académicas, presidentes de mesas, fiscales, estudiantes y no docentes, al concurrir al campus, nos encontramos con la sorpresa de que la Universidad estaba clausurada y sólo se podía ingresar por el acceso de la peatonal”.
Esto se debió a que “un grupo de gente delictivamente impedía el acceso a la Facultad de Ciencias de la Salud, donde se iban a desarrollar los comicios”, entre los que se encontraba “gente conocida”, como el exsecretario de Asuntos Estudiantiles y Extensión Universitaria, Rafael Olmedo, y el actual titular de esa área, Rodrigo Galarza, orquestando los incidentes.
Ante esto, Saguier definió que “más que un acto violento, que de por sí lo es, fue un hecho delictivo que estuvo preparado de antemano, porque esa organización que tenían con personas dispuestas, hizo que pareciéramos intrusos en nuestro propio espacio”.
Se trató de violentos que “están amparados por el rector Augusto Parmetler, como cabeza del Ejecutivo de la institución” y donde además “se lo vio también al decano de Humanidades, el licenciado José Luis Guillen, observando como si no tuviera nada que ver en la cuestión, cuando él estaba patrocinando a una lista que participaba en la contienda electoral”.
Se trató de una situación totalmente contraria a lo que debe ser “una vida democrática y civilizada”, reflexionó la docente, al señalar que se pusieron en práctica “maniobras delictivas, con la intención de impedir que la gente se exprese democráticamente”.
Por ello, exigió que se definan los sumarios administrativos que les caben a quienes fueron responsables, que en el caso de la Facultad de Humanidades “había presidentes de centros de estudiantes, egresados y docentes impidieron al acceso” al campus.
Responsables
“Estas cuestiones no pueden permitirse en la Universidad ni en ningún ámbito”, consideró, y dijo categórica que “las personas responsables son el rector y el decano de Humanidades”.
Al entender que “el rector, en su carácter de ocupar el cargo ejecutivo, debe ordenar las instalaciones para el desarrollo normal de las actividades previstas”.
Sin embargo, sucedió todo lo contrario, por cuanto “la Junta Electoral, que ingresó temprano, quedó privada de su libertad encerrada con personal de Gendarmería Nacional, por los manifestantes que impedían que saliera al recinto”.
En consecuencia, volvió a advertir que esto “no se armó espontáneamente, sino que estuvo planificado. O sea, esto fue organizado por los responsables máximos de la Universidad”.
Por si no fuera poco lo expuesto, al momento de retirarse los docentes, al no poder emitir su voto, “algunos profesores y compañeros no docentes que se quedaron más retrasados resultaron agredidos”, al igual que estudiantes que sufrieron el ataque de la patota.
En ese momento, recordó que uno de los profesores que recibió un golpe por la espalda cayó al suelo y otras personas que trataron de ayudarlo y también resultaron heridas, considerando que se avasallaron los derechos civiles y humanos de las personas.
Sin embargo, expuso que la subsecretaria de Derechos Humanos de la UNaF, Griselda Correa, “no se la vio ni dijo nada sobre este ataque”, como tampoco de los hechos violentos que se vivieron a principios de mes en el Vicerrectorado de la UNaF, donde esta misma patota rompió las oficinas.
La misma responsabilidad le cabe al presidente del Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades y todo su cuerpo, agregando que “brilla por su ausencia un proceso administrativo e interno” más allá de que todas las denuncias ya se han hecho en el marco de la Justicia.
Votación
Con respecto a los comicios, específicamente en la Facultad de Humanidades donde se presentaron dos listas, que fueron la lista Somos Humanidades y Docentes Unidos, brindó los resultados obtenidos.
En la mesa que votaron los docentes adjuntos y titulares, hubo 40 votos a favor de la lista Somos Humanidades y dos votos para Docentes Unidos.
En la mesa de auxiliares, Somos Humanidades tuvo 22 votos y Docentes Unidos 1 voto.
La participación rondó “entre un 63 y 65%” destacando que “fue masiva la concurrencia de los docentes, lo cual también una respuesta a este estado de violencia y delito permanente en la Universidad”, que a las claras quedó demostrado que de ninguna manera apoya el claustro de la docencia.
Por ello, enfatizó la profesora que “esta fracción viene desde hace muchos años apañada con este tipo de acciones por un sector de poder que hoy se siente amenazado, por una construcción de Universidad diferente a la que ellos proponen”, y con la firme decisión de “proponer una Universidad abierta y respetuosa de las diferencias”.
“El claustro no docente ya tuvo sus elecciones, la de docentes fue en la jornada del martes 24, sólo resta la de graduados y estudiantes que están suspendidas y que consideramos deben darse lo antes posible”, analizó.
Ello en virtud de que a partir del 1º de septiembre hay reunión de autoridades ejecutivas tanto de decanos que ya fueron electos y la renovación de los Consejos Directivos y Superior.
De manera que “esta demora que existe por parte del rector para que no se desarrollen las elecciones como deben ser, tiene que ver con un miedo a perder poder y a una nueva constitución de los órganos colegiados que no van a acompañar esta decisión unilateral y autoritaria de creer que la Universidad es parte de su Gobierno ejecutivo, cuando es de todos y es cogobernada. Esto es lo que tanto le cuesta entender a Parmetler”, concluyó.