Es el principal componente del cuerpo humano, ya que posee alrededor de un 70% de agua. Mejorar la digestión, evitar la deshidratación y potenciar el rendimiento son sólo algunos de sus beneficios.
En declaraciones recogidas por AGENFOR, la licenciada en Nutrición Daniela Distel indicó que el vital líquido “es un importante regulador térmico, lo cual quiere decir que el exceso o el déficit puede alterar un poco la regulación de la temperatura corporal”.
En ese sentido, dejó en claro que en otoño e invierno no se debe disminuir el consumo del agua. “Definitivamente no, porque para todo proceso biológico necesitamos sí o sí del agua, no nos podemos olvidar de ella”.
Señaló que “las necesidades de líquido varían en la persona”, apuntando que “en los recién nacidos se cubre el 100% del requerimiento de agua a través de la lactancia materna”.
“A medida que vamos evolucionando en nuestra edad ya empezamos a tener más necesidad de agua, cuando empezamos a incorporar los alimentos se aumenta el consumo como bebida; no jugos, ni gaseosas”, acentuó al ser entrevistada en el programa “Estar Bien”.
En cuanto a las infusiones, explicó: “Un porcentaje de esa infusión que se consume tiene obviamente agua, pero al contener otras sustancias agregadas tienden a generar un poco el aumento de la diuresis, entonces ahí perdemos líquido”.
“Un adulto promedio tiene que estar consumiendo litro y medio-dos litros de agua”, enfatizó la profesional.
Añadió que “en el embarazo las necesidades de agua van aumentando según el trimestre de gestación: en el primero se necesitan aproximadamente dos litros, en el segundo tres litros y en el tercer trimestre ya son cuatro litros”.
En los casos de patologías renales o cardíacas “se necesita controlar la cantidad, por ello siempre se debe consultar con el médico”.
A su vez, remarcó que “todos los alimentos tienen un porcentaje de agua”. “Algunos más, algunos menos, pero todos tienen sí o sí algo de agua”, amplió.
A modo de ejemplo, mencionó al arroz, los fideos y la polenta, productos a los que se les agrega agua al momento de cocinarlos.
Después están los que poseen líquido de manera natural, como las frutas y las verduras. “Las manzanas, ciruelas y bananas tienen más o menos la misma cantidad de agua y están en un promedio de 30%-40%, no es tanta la cantidad, como sí lo es en naranjas, pomelos y mandarinas. En cambio, la sandía es la reina, porque un 96% de su peso total es agua”, destacó.
“Las verduras también tienen un alto contenido de agua, entonces al consumirlas junto con las frutas tenemos un muy buen contenido de líquido. Y si a eso le sumamos un poco de arroz cocido o carnes tenemos otro aporte”, completó.
Para finalizar, no dejó de nombrar al mate y al tereré, dos infusiones muy utilizadas en el día a día. “Siempre que tomemos un termo de mate, es necesario incorporar un litro de agua; es fundamental estar constantemente incorporándola”, concluyó.